Fiesta campera para las tres décadas de amor de Garzón y Delgado
Dolores Delgado y Baltasar Garzón.
Tras pasar tres décadas juntos y haber formalizado su relación en diciembre pasado ante notario, Baltasar Garzón y Dolores Delgado celebraron su enlace por todo lo alto en la finca del torero Enrique Ponce, La Cetrina, en Jaén, tierra natal del juez. Un enclave de 900 hectáreas con plaza de toros y una casa de 420 metros cuadrados de tres plantas, con capilla y bodega, que se alquila por 5.000 euros al día.
El exjuez esperó a su pareja con un traje de chaqueta oscuro de diseño italiano flanqueado por dos corceles de pura raza española. La novia llegó puntual, vestida con conjunto blanco de chaqueta y falda larga, también de firma italiana. "Vamos a divertirnos con la gente que queremos. En la distancia corta nos reímos y somos próximos", dijo la exministra el jueves al Gran Wyoming en 'El intermedio', programa que cumplía 18 años.
Fue una ceremonia insólita en la que recrearon una suerte de juicio con los invitados como jurado de excepción. María, la hija mayor de Garzón, defendió la idoneidad de su padre para casarse con Delgado. Los hijos de la novia argumentaron lo adecuado de su madre para ser la esposa del juez jienense. Tras ellos lo hicieron los testigos: Federico Soria, abogado penalista además de suegro de Ponce, y el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu.
El acto se amenizó con música de Mozart, Bach y Vivaldi, e hizo un guiño a la memoria histórica cuando Álex Ortiz interpretó la canción 'Las 13 rosas' para poner el broche a la ceremonia tras las palabras de compromiso de los novios.
Entre los invitados, colegas de la judicatura, como el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz con su esposa, la abogada Elena Hormigos; los fiscales Jesús Alonso, Marta Durántez, Miguel Ángel Carballo, Luis Moreno Ocampo o el magistrado en excedencia del Tribunal Supremo Joaquín Bernaldo de Quirós. No faltaron figuras de la cultura como Pilar del Río, viuda del Nobel José Saramago o el cantante Miguel Poveda, que también amenizó la velada. Aunque hubo menor representación de exministros socialistas de la esperada, contaron con la presencia de Carmen Calvo, actual presidenta del Consejo de Estado. Los fastos nupciales habrán hecho olvidar a los contrayentes, a buen seguro, los sinsabores de los últimos días, cuando el Tribunal Supremo anuló el nombramiento de Delgado como fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, suprimía el Premio Nacional de Tauromaquia, arte a la que Garzón es un gran aficionado.