Diario de León

La marca sueca lanza sus más «drásticas» y exclusivas soluciones: los S60R y V70R

Nuevos Volvo R, de resolutivo

Por 60.000 euros puede disfrutarse de la areola tecnológica y de los más altos niveles de seguridad

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Javier Fernández Zardón - león
León

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S60 R Motor: 5 cilindros en línea, transversal delantero. Cuatro válvulas por cilindro. Inyección electrónica multipunto. Turbocompresor con doble intercambiador. Gasolina sin plomo. Cilindrada: 2.521 c.c. Pot. Máxima: 330 CV a 5.500 r.p.m, Par Máximo: 40,8 mKg. a 1.950 r.p.m. Cambio: 6 velocidades manual. Tracción integral y permanente. Suspensión: Independiente en las cuatro ruedas (delantera McPherson, trasera multibrazo). Frenos: De disco ventilados en las cuatro ruedas. ABS y EBA. Dirección: De cremallera con asistencia variable. Vueltas entre topes: 2,5. Largo: 4,60 m. Ancho: 1,80 m. Peso: 1.637 Kg. Depot. Combt.: 70 litros. Veloc. Max.: 250 Km/h. 0-100 Km/h.: 5,7 segundos. Consumos: 9,7 - 13,6 - 20,5 litros/100 Km. Precio: 55.700 ¿ / 60.000 ¿ (V70 R) (*) Principales opciones: Alarma (465 ¿) Asiento de seguridad infantil (222 ¿) Orientación por satélite teléfono manos libres (3.050 ¿) Techo practicable eléctrico (1.142 ¿) Cambio automático secuencial Geartronic (2.043 ¿) Lo de Volvo, ya se sabe, no es -no ha sido nunca- epatar con globeradas. Lo suyo es, ha sido siempre, pasar desapercibido en las formas... nunca en el fondo. filosofía que se aplica, también ahora, en la segunda generación de las dos versiones R (S60 y V70) que acaban de desembarcar en el mercado español: efectividad a toda prueba, seguridad al alza y R-volución en cuanto nos sentamos al volante de un coche al que sólo el ojo avizor del avezado observador distinguirá por las específicas llantas y por la dichosa R (dicho sea, por supuesto, en el mejor de los sentidos... y tiene muchos) campando en lugares tan insospechados como las pinzas de freno, amén de la calandra frontal y la tapa del maletero. Perfectamente escalonada en diversas versiones de acabados y motorizaciones, la gama S60 (y también la del familiar V70) recibe ese punto -puntazo- de deportividad que le permitirá a Volvo jugar con los sentimientos, y las sensaciones, de una clientela fiel como pocas (también hablaremos de eso) que tampoco debe hacerle ascos a la posibilidad de manejar un vehículo, a más de lujoso, drástico en sus planteamientos dinámicos: 300 caballos turboalimentados, tracción a las cuatro ruedas, seis marchas y hasta con la posibilidad de optar por una caja secuencial. Con estos mimbres, el fabricante sueco ha realizado un excelente trabajo sobre un pequeño motor de 5 cilindros y 2,5 litros capaz de mover con placentera soltura la tonelada y media (más bien larga) de automóvil que ahora nos propone Volvo: sólo 5,7 segundos en aceleración de cero a cien es una contundente carta de presentación en las expectativas del comprador. Chasis de rendimiento activo La llegada de esta mecánica ha traído también aparejada la inclusión del cambio manual de 6 velocidades y el chasis que su fabricante llama de rendimiento activo o, si se prefiere, Concepto de Chasis Continuamente Controlado (Four-C) anteriormente experimentado por el fabricante en los prototipos PCC y PCC2. Mediante la computerización, el sistema analiza diversos parámetros del coche en acción y actúa sobra los tarados de suspensión adaptándolos automáticamente a las condiciones particulares de uso del vehículo en cada momento. Incluso es capaz de anticiparse a las teóricas reacciones del automóvil corrigiéndolas sobre la marcha y antes de que lleguen a producirse emergencias poco deseables. El sistema Four-C, en cuya fabricación han intervenido conjuntamente Öhlins Racing AB y Monroe, permite elegir entre tres durezas de suspensión: Confort, Deportiva y Deportiva Avanzada, que el conductor puede cambiar cuantas veces desee con sólo apretar tres botones situados en la consola central. Además, el equipamiento de serie adopta el control de estabilidad DSTC, con posibilidad de desconexión. Por lo demás, el Volvo S60 R y, por descontado, el familiar V70 R, cumplen a la perfección con lo que se espera de ellos en cuanto a habitabilidad y calidad de acabados interiores y de equipamiento, de forma que Volvo coloca ambas realizaciones en un plano de superioridad tecnológica acorde con su escalonamiento comercial. En suma, un coche prácticamente de carreras con la confortabilidad de un modelo de gama alta.

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