Blanco seguro

Si se quiere dar en el blanco, nada mejor que escoger el blanco. Un color eterno, universal, que las modernidades de este siglo han rebautizado como «blanco roto» o «blanco sucio». Mil matices diferentes para un color de siempre. Así imaginan a las mujeres los diseñadores del mundo entero. En Brasil, en la sugerente pasarela carioca donde se exhiben las tendencias de playa sobre modelos que compiten en belleza con los diseños que lucen. O en Barcelona, sobre la Pasarela Gaudí Novias, donde desfilaron las top con los vestidos de ensueño que sólo duran un día. Vuelve el blanco. Menos blanco que nunca, especialmente para las novias. Y todo porque hay que casar la tradición con la realidad. Y estiman los diseñadores que una novia de este siglo está ya madura para vestir el virginal color. Las novias van ahora de beige, champán o dorado porque son mujeres hechas y derechas cuando dan el «sí». Menos inmaculadas y con menos disimulos. Trajes pues más de fiesta civil que de casorio ante el altar. Más de boda por lo municipal. En fin, mujeres sirena embutidas en trajes imposibles para la talla 42. Diosas soñadas por los mortales.