Diario de León

EL PULSO Y LA CRUZ

Nos quitan el alpiste

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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ES UNA SANSIROLADA lo que voy a escribir, pero ahí va a quedar. Resulta que, una vez más en la historia de la nación, a la Iglesia española se la amenaza -siempre veladamente, eso sí- con cortarle el alpiste si no es buena chica. Buena, claro, a juicio de quien maneja la faltriquera. O sea, buena -dócil, sumisa, callada, obsequiosa...- para con las líneas de gobierno que en un momento determinado se pretenden. Y es que alguna superministra ha vuelto a hacer de Carrero Blanco cuando pintaban bastos en las relaciones de una parte de la Iglesia con el régimen del general Franco. Quiero decir que la tal señora ha vuelto a recordar, como aviso para navegantes disolutos, que se puede acabar el momio de las subvenciones (?) del Estado a la Iglesia. No voy a ir más lejos en esta entrega. No merece la pena incidir una vez más en argumentos de sobra conocidos. Sólo añadir que la maniobra es, cuando menos, de mal estilo. No habría tenido cabida en el «Vogue» de sus amores. Es que, miren, parece cosa de niños: «Si no juegas conmigo, te quito el pastel». Uno casi se siente tentado de añadir: «Ah,¿sí? Pues... con su pan se lo coman». Porque, por otra parte, la Iglesia ha sido más comunidad de hermanos en Cristo cuanto más se ha entregado a la confianza en la providencia de Dios. ¿O no? Así están los tiempos Vayamos a otras cosas, porque meterse en los berenjenales de la política barriobajera -con perdón de los suburbios- es ponerse uno de mal humor. Encendamos una vela -o varias- en lugar de maldecir las tinieblas. Entremos, pues, a rascar los fósforos para que arda la cera. Esta misma mañana, a partir de las diez, y en un foro civil como es el Hotel París de la capital, se reúnen los representantes de las cofradías de Semana Santa de la diócesis de León. Es una iniciativa directa del Obispo en favor de ese colectivo de asociaciones de Iglesia -el más numeroso sin duda- que son las agrupaciones penitenciales. Están invitadas todas las cofradías y hermandades de la diócesis, no sólo de la ciudad. Será una sesión de formación cristiana. Que nunca sobra. Y más tal como están los tiempos. Va de homenajes: uno por el centenario del nacimiento de D. Antonio G. de Lama. Algo se ha hecho en estos días inmediatos anteriores y algo se pretende para el futuro: ¿una efigie del ilustre sacerdote en plaza pública, sufragada por suscripción popular? Adelante con los faroles, que bien lo merece. Su persona y su obra. Otro por la despedida del ministerio pastoral de quien ha sido párroco los últimos cuarenta y dos años de las comunidades de Arganza, Campelo, Canedo y San Miguel de Arganza, D. Pedro Alonso Álvarez. Dejó su tierra de Jiménez de Jamuz y se echó en manos de quien le llamaba a ser servidor de la Palabra y los Sacramentos por tierras bercianas. Ahora, después de 50 años de sacerdocio, le llega el tiempo de la dorada jubilación. Aunque será menos, porque, si la salud le sigue acompañando, ya verán cómo inventa algo que hacer. Les comunico una iniciativa admirable: la Delegación de Pastoral Social de León ha editado una sencilla carpeta para que quien quiera pueda adentrarse en la lectura y comprensión del Documento «La caridad de Cristo nos apremia». Un buen recurso para la formación social, en la que andamos un poco estreñidos. Un brindis para las tierras bañezanas: además del circuito de velocidad, andan los ciudadanos esperando ayudas para sacar de la miseria y del deterioro las pinturas góticas de Cebrones y el monasterio de San Esteban de Nogales. Suerte. Mañana es el Día de los Sin Techo, una jornada para reflexionar sobre el fenómeno de la «vagancia» (vayan al sentido etimológico, por favor) y para poner nuestros pulsos en sintonía cordial con esos miles de «carrilanos» que pululan por las rinconeras que perviven en nuestra aburguesada vida. Me llama la atención que han sido personas ligadas a la Iglesia e instituciones eclesiales las que nos han recordado esta jornada: Asociación leonesa de Caridad (que es aconfesional en estatutos, pero hija de la fe y sostenida por la apuesta que han hecho por ella las Hijas de la Caridad y un amplio voluntariado), el Hogar Municipal del Transeúnte (del municipio, pero regido por los Hermanos de San Juan de Dios), las Conferencias de San Vicente de Paúl y Cáritas Diocesana. Un signo más de la labor social que realiza la Iglesia. A la que se amenaza con quitar el pan y la sal. Si es que no es el chocolate del loro, que uno nunca sabe.

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