Diario de León

Cosas de aquí y de allá | Equilibrio alimentario

Tarjeta roja a lostransgénicos

Los ecologistas denuncian que grandes grupos como Nestlé, Unilever, Sos, Bimbo o Coosur se nieguen a garantizar que no los utilizan y distinguen con etiqueta verde a los que lo hacen

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Miguel Lorenci - madrid
León

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Los ecologistas de Greenpeace premian con una etiqueta verde'a las compañías e industrias alimentarias que informan al consumidor sobre la ausencia de transgénicos en sus productos, mientras que muestran la tarjera roja a los grupos y firmas que no facilitan esta información. La organización ecologista tiene una Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos -disponible en su página web y que actualiza permanentemente- y anima a los ciudadanos a dirigirse a su través a las empresas que continúan en la zona roja. Una zona en la que están empresas y grandes grupos alimentarios como Bimbo, Coosur, Nestlé (Maggi, Buitoni, Solís, La Cocinera, Nescafé o Kit Kat), Unilever (Frigo, Flora, Lipton, Knorr, Maicena o Ligeresa), Borges o el Grupo SOS (Carbonell, Koipe o Louit). Greenpeace denuncia como estas firmas «siguen sin querer dar esta información y prefieren negar el derecho a elegir su alimentación». Por el contrario, los ecologistas se felicitan por el creciente número de empresas que informan sobre la ausencia de transgénicos y que abandonan por tanto la zona roja para hacerse acreedores a la etiqueta verde. Son fabricantes como Galletas Arluy, Nutrexpa (Cola Cao, Phoskitos, Okey, Paladin o Nocilla, etc), Siro (galletas Siro, Río o Reglero), Gallina Blanca (Avecrem, Sopinstant o El Pavo), Gullón (Gullón, Diet Nature), Santiveri o Pascual y distribuidores como Alcampo o Carrefour los recién incorporados a la lista verde. Según Greenpeace, en España se cultivan unas 75.000 hectáreas de maíz transgénico, una producción «que entra masivamente en la cadena alimentaria sin ningún control ni transparencia». Unos cultivos consentidos por las autoridades agrícolas y sanitarias españolas y «que se han prohibido en la mayor parte de los estados productores de maíz de la UE por razones sanitarias o ambientales». «El Ejecutivo español sigue situándose en el campo de los que favorecen a las cuatro empresas agrobiotecnológicas que pretenden inundar la cadena alimentaria de alimentos Frankenstein, despreciando la salud de los ciudadanos y la protección del medio ambiente», lamenta Juan Felipe Carrasco. «En este contexto político, las reacciones de las empresas que deciden estar en la lista verde son un paso fundamental para los ciudadanos, que disponen ahora de un mayor número de productos que pueden consumir sin temor a estar ingiriendo derivados de cosechas transgénicas», concluye Carrasco. Reitera Greenpeace «que existe un amplio consenso científico que demuestra la peligrosidad de los transgénicos».

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