Diario de León

LEÓN ■ ENTREVISTA

«Hay dinosaurios médicos que se creen el ombligo de la sanidad»

MIGUEL ÁNGEL DE MENA. Presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Enfermería

Miguel Ángel de Mena.

Miguel Ángel de Mena.

León

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Nuevos retos en Enfermería con el cambio en la asistencia sanitaria. La ética y la deontología profesional son cada son cada vez más necesarias para colocar al paciente en el centro de la toma de posiciones.

—¿Dé qué hablamos cuando hablamos de ética en Enfermería?

—La ética es una rama de la Filosofía que estudia el comportamiento humano, las acciones que pueden beneficiar a la mayoría de las personas, intentando diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal para la sociedad. La ética para la Enfermería, como para el resto de los que trabajamos dentro de la atención sanitaria, es muy importante. Trabajamos directamente con seres humanos que además necesitan unos cuidados para mantener o recuperar su salud. Por ello, y aplicando la definición de ética que más me gusta, debemos de ‘elegir la mejor conducta’ entre todas posibles en beneficio de la persona y de toda la sociedad. Para ello hay que seguir los cuatro principios éticos: no maleficencia, justicia, beneficencia y autonomía. Una de las funciones de la Comisión Deontológica es velar por la ética y la dignidad profesional de los colegiados.

—¿Desde cuándo es el presidente de la comisión deontológica del colegio y a qué problemas ha tenido que dar respuesta en los últimos años?

— Soy presidente de la Comisión Deontológica desde el mes de abril del 2015, cuando se me propuso por la Junta de Gobierno del Colegio de Enfermería de León. Durante el tiempo que llevo, afortunadamente por un lado, sólo hemos tenido una consulta remitida por la Junta de Gobierno y que no tuvo ninguna repercusión para la profesional involucrada.

—¿Cuál fue el motivo por el que se hizo esa consulta?

—Fue una denuncia que nos pasó la junta de gobierno de una persona hacia una profesional de un pueblo de la provincia. Era una denuncia por motivos personales más que profesionales ya que no aportaba ni el nombre de esa profesional. Sólo hacía alusión a comentarios de diferentes situaciones profesionales. Por lo tanto, se remitió a la junta de gobierno un informe en este sentido.

— ¿Cuántas preguntas sobre dudas deontológicas llegan al colegio?

— Pienso que podíamos tener más consultas, tanto por parte de los colegiados y colegiadas como por parte de las personas usuarias. Esta entrevista viene bien para que todos puedan conocer un poco más lo que hace y las funciones de la Comisión Deontológica.

—Las comisiones deontológicas existen en todos los colegios profesionales sanitarios, sin embargo son muy poco utilizadas por los colegiados. ¿Por qué son necesarias?

—Pienso que somos poco conocidos. Por eso impartimos charlas y hacemos reuniones como #cineForum para que los colegiados nos conozcan más y sepan lo que podemos hacer por ellos. También vamos a crear una web dentro de la pestaña ya existente en la página del colegio. Y también gracias a vosotros, los medios de comunicación, nos damos a conocer en la sociedad porque las comisiones deontológicas están creadas para ella. Claro que son necesarias. Lo que pasa es que, como en multitud de cosas que están a nuestro alcance, no les sacamos el máximo rendimiento. ¿Cuántas de las funciones disponibles del ordenador, el móvil o el coche utilizamos?

—¿Qué elige la ética personal o la profesional?. ¿Por qué?

— La ética personal y profesional pienso que están intrínsecas a la persona, van de la mano y no se pueden ni deben separar. En lo que puede existir algún conflicto es sobre la deontología profesional (normas mínimas vinculantes para un colectivo profesional), ya que puede existir alguna diferencia entre un determinado estilo de vida ético y el nivel de profesionalidad técnico-científico. Muchas veces, la deontología, se encuentra entre la ley y la ética/moral pero, como profesionales que somos, nos debemos a ella, a nuestro código deontológico.

— Los médicos se niegan a que el personal de Enfermería tome decisiones sobre mediación ¿en qué perjudica o beneficia esto al paciente?

—Que el personal de Enfermería tome decisiones sobre alguna medicación va ser un beneficio tanto para el paciente como para la sociedad y el Estado. Durante el último Congreso Mundial de Enfermería celebrado en Barcelona, ya se dijo que «cuando una enfermera prescribe, el sistema ahorra» y esto no va en detrimento de la atención y curación del paciente. En países más avanzados sanitariamente ya lo están haciendo. Desde mi punto de vista, el problema está en que ciertos ‘dinosaurios’ con poder político mediático se creen que la prescripción es un privilegio de cierta profesión sanitaria, y no se dan cuanta de que para cierto tipo de medicamentos estamos mejor preparados para su prescripción y uso. Sin embargo y esto pasa todos los días, yo no me atrevería a prescribir un antibiótico, aunque mi vecino pintor me dice que me tome una amoxicilina cuando me oye toser.

—Habla de dinosaurios con poder político mediático. ¿A quién se refiere?

—Me refiero a médicos que llevan años relacionados con el poder político a través de sindicatos, partidos políticos, la Organización Médica Colegial, asociaciones... y que asesoran al ministerio de una manera directa o indirecta. Estas personas no quieren que ninguna otra profesión (Farmacia, Psicología, Enfermería) de la manera que fuere, les haga sombra. Estas personas se creen el ombligo de la sanidad y algunos como el presidente del Foro de la Profesión Médica han planteado que se nombre Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la relación médico-pacientes, cuanto todos sabemos quienes son los profesionales que pasan más tiempo con el paciente y la familia. Además, en plan jocoso, siempre se ha dicho eso de ‘dura menos que la visita del médico’.

—Enfermería no tiene poder político mediático? ¿considera que los agentes sociales de clases, los sindicatos, no defiende suficientemente bien los intereses del colectivo?

—Creo que estamos bien representados, tanto sindical como colegialmente. Todos luchan por los intereses de la profesión. El problema lo veo en nosotros mismos, que no nos hacemos valer ni ‘vendemos’ lo que hacemos uno a uno y día a día. Somos profesionales independientes y como tales estamos preparados para tomar decisiones personales y la decisión que tomemos la debe conocer el paciente y explicarles por qué lo hacemos así. Si no es así, los usuarios siguen pensando que lo que hacemos es porque nos lo ordenan otros profesionales y sólo gracias a ellos recuperan su estado de salud.

—Usted dice que podrían recetar algunos medicamentos ¿cuáles?

—Me gustaría utilizar más las palabra prescripción. Podemos prescribir desde fármacos relacionados con la cura y cuidados de algunas lesiones de la piel (úlceras vasculares por decúbito, quemaduras...), como pomadas y apósitos, hasta analgésicos que, por ejemplo, muchos de ellos se compran en las farmacias sin indicación de ningún profesional.

—¿Desde cuándo no pueden prescribir?

—Administrábamos o recomendábamos algunos fármacos y dosis de forma ‘alegal’. La intención de todos fue legalizar esas acciones pero el Real Decreto aprobado por el Gobierno, con ‘oscuridad’ y alevosía nos lo impide desde el 23 de diciembre del 2015.

—Esta prohibición se traslada ahora a la campaña de la gripe. El año pasado también se abrió ese mismo debate pero finalmente las enfermeras vacunaron. ¿Qué va a pasar este año?

—Pues según una sentencia judicial no se va a poder vacunar. Así lo recomiendan tanto la Organización Colegial como el Sindicato de Enfermería. Cada profesional puede hacer lo que crea conveniente pero tiene que tener en cuenta los riesgos legales que corre.

—¿Ese problema no surge con otras vacunas?

—Surge para todo tipo de vacunación, tanto pediátricas como de viajeros. Según está redactado el Decreto, es necesario que el médico haya determinado previamente el diagnóstico, la prescripción y el protocolo o guía de práctica clínica y asistencial a seguir por parte del enfermero. Por lo tanto, excepto en una urgencia vital en la que hay que dejar constancia de la urgencia, todos los medicamentos tienen que tener prescripción médica para su administración, con su orden escrita. Si no quedara más remedio y hubiera que administrar un medicamento en un caso de no urgencia vital y la orden fuera verbal, hay que dejar constancia por escrito del motivo y de los testigos presentes en ese momento.

— ¿Cuál es el futuro de la Enfermería?

—El futuro de la Enfermería esta en las manos del colectivo, tanto a nivel personal como colegial, sindical, societario, etc. Va a ser lo que nosotros queramos. Si no luchamos todos juntos por nuestro reconocimiento social, si no hacemos ver a la sociedad nuestro valor potencial tanto en los hospitales, centros de salud como en los colegios y escuelas de educación, centros sociales y deportivos, etc, estamos abocados al estancamiento, a seguir siendo una profesión dependiente por mucho que hayamos alcanzado el Grado Universitario, algunas especialidades y que nuestros compañeros y compañeras lleguen a doctorarse. Debemos ser una corporación que reafirme que nuestra aportación al sistema sanitario supone un impacto directo e indirecto sobre el estado de salud de todos los miembros de nuestra sociedad y dialogar con ella para vender lo que hacemos y ser valorados por ello. Desde la Comisión Deontológica ponemos nuestro granito de arena intentando que el usuario tenga la mejor atención por parte de nuestros compañeros colegiados y viceversa, conciliando los intereses de los colegiados y los derechos de los usuarios.

—¿Cree que los colegios profesionales tienen futuro tal y como están planteados o debería producirse algún cambio para adaptarse a las nuevas formas de atención sanitaria?

—Futuro tienen ya que son corporaciones de Derecho Público amparadas por la Ley y tendría que cambiar la Ley para que se ponga en peligro su continuidad. Pero como todo en esta vida, nos tenemos que adaptar al presente, a lo que requiere el sistema sanitario, la sociedad y los profesionales. Como decía anteriormente, debemos de ser una corporación que reafirme nuestra aportación al sistema y el impacto que ello supone sobre el estado de salud.

—¿El sistema sanitario es agresivo con los pacientes? Parece que cuando se ingresa ya nada pertenece al paciente. El sistema se despersonaliza y los pacientes pierden su intimidad. ¿está de acuerdo?

Después de 32 años trabajando en el Sistema Sanitario y en Unidades como Neurocirugía, Cuidados Intensivos y Anestesia, donde se ve sufrimiento, problemas graves de salud, problemas familiares, estados terminales, etc, aunque también muchas alegrías por la evolución de los pacientes, si que pienso que en muchos casos existe una ‘agresión’ hacia los pacientes en forma de multitud de pruebas, técnicas, intervenciones y ensañamiento terapéutico a propuesta personal de algún profesional y no validada por el resto del equipo. Es necesario que la sociedad tenga una verdadera cultura sanitaria y ésta no solo se adquiere gracias al doctor Google ni Internet, sino gracias a profesionales como puede ser la Enfermería, que ven y tratan a la persona como un todo.

—¿Puede el personal de enfermería convertirse en defensor del paciente? ¿Cuál es su rol si el paciente se niega a un tratamiento?

— El paciente debe ser el centro de nuestro trabajo y por lo tanto nos debemos plenamente a él. El paciente entra al hospital para cambiar su estado actual de salud por uno mejor. Por ello a veces se ‘deja hacer’, lo que no quiere decir que dispongamos de su cuerpo e intimidad a nuestro antojo: para poder intervenir en su cuerpo nos tiene que dar los permisos oportunos tanto verbales como escritos (firma de los consentimientos informados) y de su intimidad somos nosotros los que tenemos que preservarla hacia el resto de la gente que le rodea y que no están en relación directa con su atención (familiares, compañeros de habitación, otros profesionales, etc). Enlazando esto con la pregunta anterior, este año la Comisión Deontológica organizo dos charlas tanto en la sede colegial de León como en la subsede de Ponferrada, sobre la confidencialidad y secreto profesional en el proceso quirúrgico. Tanto la confidencialidad como la intimidad son derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución, por lo que claro que podemos y debemos ser el defensor del paciente. Respecto a si un paciente se niega a recibir un tratamiento, a realizase una prueba o una técnica determinada o intervención, hay que valorar si el paciente está en un estado mental, físico y psíquico pleno y óptimo. Si es así no podemos obligarle a hacerlo, aunque intentaremos convencerle si es que pensamos que va a ser beneficioso. Si es para evitar un grave daño a terceras personas (si tiene una enfermedad contagiosa, por ejemplo) o suponga un daño hacia si mismo (huelga de hambre) se lo haremos saber a la persona o personas competentes para que tomen la decisión que crean conveniente.

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