Una guía cada día más reducida

«Después del golpe que supone conocer la confirmación de que tu hijo es celíaco vienen todas las dudas», asegura Valbuena. Dudas sobre la dolencia, sobre cómo afrontar el día a día. Dudas y más dudas que los padres leoneses quieren evitar con la apertura de una delegación en León de la Asociación Celíaca. Una guía sobre los alimentos que puede tomar el enfermo es la única referencia con la que se manejan los padres cada día al hacer la compra diaria. «En los años que llevo conviviendo con el problema» -asegura Valbuena- «la guía se ha ido reduciendo. Cada vez es más pequeña, van desapareciendo productos que antes estaban incluidos». El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales: leche, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales sin gluten, como el arroz y el maíz. Deben evitarse en la medida de lo posible alimentos elaborados y/o envasados, ya que en éstos es más difícil garantizar la ausencia de gluten. A las dificultades sociales y la búsqueda de los alimentos adecuados se añade la del precio de los productos. «Pocos sitios y más caros». Esta es la frase con las que los afectados resumen el problema. Como ejemplo, sólo mencionar que el precio del kilo de harina para celíacos es de 6 euros y un paquete de espaguetis ronda los cuatro euros. La respuesta infantil Los padres de afectados por la enfermedad coinciden en manifestar que los niños aprenden a ser responsables con su alimentación y siempre preguntan si pueden comer algún alimento si no están familiarizados con él. «Sin embargo, no todos lo aceptan igual», dice Valbuena. «Se vuelven agresivos, comen productos que no deberían a escondidas de sus padres porque piensan que sus progenitores se los quitan de su dieta porque quieren». La ingesta de alimentos inadecuados provoca en el enfermo un cuadro clínico diverso como diarreas, vómitos, dermatitis, dolores de cabeza, irritabilidad, y a la larga, retraso en el desarrollo.