Diario de León

Entrevista

«El riesgo de trombosis venosa del viajero es extremadamente bajo»

El doctor Andrés Zorita explica cómo prevenir el síndrome de la clase turista.

El doctor Andrés Zorita explica cómo prevenir el síndrome de la clase turista.

León

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El tromboembolismo pulmonar consiste en la formación de trombos en las venas y su posterior movilización a arterias pulmonares, que causa desde un pequeño dolor hasta la muerte súbita de las personas según su intensidad. La alta incidencia que tiene en León -”160 casos por cada cien mil habitantes-” se debe al envejecimiento demográfico, pero «el riesgo absoluto de trombosis venosa del viajero sano es extremadamente bajo y es un fenómeno poco frecuente en relación a los millones de desplazamientos diarios», señala el doctor Zorita.

-”Prefiere hablar de síndrome del viajero inmovilizado. ¿Por qué?

-”Es más amplio y hace hincapié en la inactividad de los músculos de las piernas en viajes de más de 4 horas, lo que dificulta el retorno venoso (en condiciones normales la contracción muscular de la pantorrilla es una bomba auxiliar del corazón para este retorno venoso).

-”¿Cual es su incidencia?

-”Estudios en muestras de varios millones de viajeros dan una incidencia de 0,39 a 1 caso por millón de pasajeros. Prácticamente en todos los casos la duración del vuelo fue superior a 6 horas, y cuando se superaba este tiempo la incidencia se multiplicaba por cuatro. En los extremos opuestos, hay estudios que cifran una incidencia de 1 caso por 10.000 viajeros, en viajes de mas de 4 horas y otros que dudan de la existencia del síndrome.

-”¿Han atendido casos en el Hospital de León?

-”En el Hospital de León se tratan una enorme cantidad de pacientes con troboembolismo pulmonar, pero seguramente pocos casos puedan deberse al síndrome del viajero. La incidencia de la enfermedad tromboembolica subsecuente a los viajes documentada es baja, pero de elevado impacto mediático.

-”¿Qué factores de riesgo se suman al escaso espacio?

-”La inmovilidad prolongada es un factor decisivo, pero no el único. Es una combinación de la inmovilización, de la deshidratación (hace la sangre más densa) y de factores predisponentes. Los viajeros con mas riesgo de padecer el síndrome de la clase turista son aquellos que tienen varices, cáncer, personas en postoperatorios o que han sufrido un traumatismo reciente, embarazadas, enfermedades de la sangre (las famosas trombofilias), muchas veces desconocidas, fumadores (sangre más viscosa), personas que han padecido trombosis, personas mayores, mujeres que toman anticonceptivos y fuman, personas con antecedentes familiares de trombosis, obesidad, insuficiencia cardiaca.

-”¿Cómo se puede prevenir?

-”Es aconsejable moverse por el pasillo del avión cada hora, beber agua con regularidad aún sin sed (100-200 ml/hora), no tomar alcohol porque deshidrata y ajustarse la ropa, calzado y cinturones de forma que no impidan la circulación, hacer ejercicios de los músculos de la pantorrilla (mover el pie, levantar la rodilla con la espalda pegada al asiento) y dormir en posiciones que una extremidad o parte del cuerpo no impida la circulación en otra. No ingerir fármacos hipnóticos y no colocar bultos debajo del asiento para permitir estirar las piernas. Las medias de compresión sirven para evitar la acumulación de líquidos en las piernas. En personas de riesgo, se puede utilizar la heparina de bajo peso molecular (administración subcutánea) durante el viaje y 2 ó tres días después. El uso de antiagregantes plaquetarios (ácido acetilsalicílico) orales antes del viaje, se basa en opiniones expertas pero por ahora carecen de base científica consistente.

-”¿Conoce otras soluciones técnicas?

-”Tengo noticias de intentos por parte de alguna compañía de China y de Europa de que el pasaje viaje de pie, pero que tienen dificultades de que se fabriquen aviones para ese tipo de viaje por compañías aeronáuticas punteras. Desde el punto de vista médico, debería ser estudiado, y en caso de buenos resultados podría ser un argumento para las compañías aéreas que lo pretendan. Sería más positivo un diseño tipo literas, que permitiera viajar tumbado tanto desde el punto de vista médico, como de seguridad y de espacio. Lo que sería un gran avance, y con coste reducido, es colocar manguitos inflables en las piernas que puedan hincharse y desinflarse alternativamente para mejorar el retorno venoso en los viajes transoceánicos. Deberían estudiarse los efectos protectores de la compresión intermitente sobre las piernas de estos manguitos.

-”¿Afecta sólo a quienes viajan en avión o se puede producir en otros medios de transporte?

-”Cualquier persona que permanezca sentada durante muchas horas sea donde sea, puede llegar a producir trombos en las venas de las piernas. Por tanto, esto es aplicable a cualquier tipo de transporte como el coche o el autobús con espacios reducidos. En el transporte aéreo concurren factores específicos que incrementan las posibilidades. Además, los factores individuales tienen mucha importancia, al igual que la duración del viaje.

-”¿A qué síntomas hay que prestar atención?

-”La hinchazón de una de las piernas es un síntoma más fidedigno que el que sean las dos (generalmente es la pierna izquierda porque en condiciones normales tiene peor vaciamiento venoso que la derecha por razones anatómicas). Otro síntoma es la sensación de calambre en la pantorrilla, puede haber o no dolor, pesadez, dolor torácico, sensación de falta de aire, esputo sanguinolento, etc. En ocasiones, la trombosis es silente y no da la cara o aparecen los síntomas al cabo de unos días o semanas. El diagnóstico se hace con la analítica y pruebas como el ecodoppler y el TAC dinámico. El tratamiento es el mismo de la enfermedad tromboembólica, es decir la anticoagulación con heparina y sintrom, el reposo y la hidratación.

-”¿Se da sólo en clase turista?

-”Se dice que la trombosis venosa no discrimina pasajes. De todas maneras, en clase preferente el espacio es mucho mayor: en algunos casos casi se puede viajar tumbado y las posibilidades de levantarse sin molestar al vecino son mayores, lo que permite una mayor movilidad. Seguramente los riesgos pueden ser menores, pero no creo que las compañías tengan mucho interés en estudiar esas diferencias porque si existiesen entraríamos en el conflicto de la economía.

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