Diario de León

La comisión de la memoria tiene sobre la mesa una petición para esclarecer la caída del bastión republicano en León

Peña Laza, reducto del frente norte

Una asociación quiere que el monte sobre Rodiezmo sea símbolo «contra la barbarie» Frente norte en León:

Publicado por
A. Gaitero - villamanín
León

Creado:

Actualizado:

«En el pueblo de Busdongo, todos miraban al cielo. Las peñas de Peña Laza estaban que echaban fuego ». La coplilla, que Rotilio Bayón escuchó tantas veces a la señora Quica, de Busdongo, es una síntesis popular de la caída del frente norte en León, en octubre de 1937, durante la guerra civil. Peña Laza fue el último bastión republicano en León y los pueblos de Cármenes, Villanueva de la Tercia, Barrio de la Tercia y Golpejar los últimos en caer en manos de los franquistas. Setenta años después del golpe de Estado (18 de julio de 1936), que desembocó en la guerra fratricida, sigue sin esclarecerse la toma de Peña Laza por las tropas franquistas, oficialmente el 14 de octubre de 1937, que dejó expedito el camino hacia Asturias y acabó definitivamente con el frente norte. Eliminado este reducto, Franco se pudo centrar en el acoso a Madrid y el frente de Aragón y además sumó a los recursos agrarios que ya controlaba en la provincia, la riqueza minera. La asociación Pozo Grajero, que trabaja para la recuperación de la memoria histórica de la guerra civil, ha pedido a la comisión creada por el Gobierno para que se investigue la verdad sobre la toma de Peña Laza. En los partes de guerra franquistas se dice que el 14 de octubre quedó ocupada la peña y «se han cogido 28 muertos del enemigo con armamento». Pero el gobierno republicano reseña en documentación oficial que ese día la peña es objeto de duros bombardeos por parte de la aviación y que al día siguiente «los facciosos después de dura lucha, tomaron Peña Laza». Según estas versiones, en Peña Laza se habían ido juntando milicianos supervivientes de los combates de Aralla, Peña Ubiña, Pola de Gordón, Villamanín, Sierra del Cueto, los Celleros y Perruca o Pico del Moro. Estos milicianos, entre los que se encontraban vascos procedentes del frente de Santander, habrían resistido ferozmente los ataques en la peña y al ser derrotados muchos de ellos habrían sido fusilados a los pies de la montaña. Una inscripción en una piedra hallada en la cueva donde se cree que estuvo su cuartel general (bajo la peña El Rubio) hace referencia a las fuerzas republicanas que estuvieron en Peña Laza en los últimos días antes de la caída: «1ª Brigada Montañesa (...) nº 2. Chalet Miramar. 10-10-1937». Del general Aranda, que mandaba las tropas franquistas en la zona, se recuerda por estos pueblos que advirtió en las vísperas de aquel episodio: «Vamos a tomar Peña Laza y no quiero prisioneros». «Eran chavales y lloraban» «Los sacaban de la iglesia de Ventosilla, llorando, cuando los llevaban a fusilar», señala el testimonio de una mujer recogido en el informe remitido a la comisión de la memoria histórica. «Eran chavales de 18 o 19 años y lloraban cuando los iban a fusilar», comenta Agustín Alonso, un vecino de Rodiezmo que entonces contaba 15 años y a los pocos días huyó a Pola de Lena para luego ser encarcelado. La asociación, que también contabiliza más de 70 paseados civiles de pueblos de la zona, pretende que la montaña sea reconocida, y para ello protegida, como un «monumento contra la barbarie». La derrota republicana en el frente norte fue decisiva para la victoria final de los sublevados», precisa el historiador Javier Rodríguez.

tracking