Diario de León

PP y Vox vuelven al trabajo para poner cifras a sus proyectos y cerrar diferencias

Los incendios y la negociación de los presupuesto marcan la vuelta política con las elecciones municipales de fondo

Carteles de Vox en los pasillos de las Cortes de Castilla y León. R. GARCÍA

Carteles de Vox en los pasillos de las Cortes de Castilla y León. R. GARCÍA

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EFE

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El balance de la campaña de incendios forestales tras un verano negro para Castilla y León, que ha vivido desde junio varios de los incendios más graves de su historia autonómica, y los primeros pasos para la elaboración del futuro presupuesto autonómico para 2023 serán dos de los temas que marcarán la agenda política que poco a poco vuelve a engordar tras algunas semanas de descanso veraniego.

Las negociaciones abiertas entre la Junta, los sindicatos y la patronal para tratar de mejorar el operativo contra incendios vinculan ambos temas, ya que la idea es que la ampliación en el tiempo de actuación del mismo y las nuevas condiciones laborales de los profesionales sean cuantificadas en el proyecto de ley de presupuestos de cara al próximo año, sin que haya trascendido por el momento la cuantía de esa mejoría.

Precisamente esas reuniones mantenidas con los agentes económicos y sociales por el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a quien la oposición ha pedido que dimita por su gestión de los incendios, tensan la cuerda entre las diferentes visiones que los socios de gobierno (PP y Vox) tienen acerca del papel que debe jugar el diálogo social en esta materia y otras, ya que Vox mantiene su pulso con sus integrantes al considerar sus aportaciones perjudiciales para el operativo y suponer gasto superfluo.

Por el momento, ante la previsión de que en las siguientes semanas puedan aún registrarse incendios forestales de gravedad, la Junta ha postergado el balance a cuando el riesgo descienda y ya en octubre, se dé por concluida la campaña, que comenzó de forma abrupta después de que a mediados de junio ardiera buena parte de la superficie forestal de la Sierra de la Culebra, en Zamora.

Tras ese fuego tomaron el relevo otros de grandes dimensiones, como el iniciado en Losacio, en la misma provincia zamorana, que, además de suponer un desastre natural por la superficie arrasada, provocó la muerte de hasta tres personas, una de ellas un trabajador del operativo contra incendios.

El de Monsagro en la Sierra de Francia salmantina, el del Valle del Tiétar que amenazó al municipio abulense de Pedro Bernardo, el iniciado en el término municipal burgalés de Quintanilla del Coco y que puso en riesgo el Monasterio de Silos y el de Boca de Huérgano en León tomaron el relevo en el peor verano de la historia autonómica en materia de incendios.

Las estimaciones provisionales de la Junta de Castilla y León sobre la superficie afectada por los incendios hasta el 14 de agosto cifran en 95.110 hectáreas de terreno que han sido arrasadas por las llamas, de ellas unas 45.621 de arbolado, otras 23.174 de matorral y otras 12.184 de pasto, hasta sumar 80.979 hectáreas forestales, mientras que el resto son agrarias y terreno urbano.

Pero más allá de los incendios, el comienzo del curso político deparará la forma en que PP y Vox tratan de poner cifras a sus proyectos, en una negociación presupuestaria que deberá despejar varias incógnitas, entre otras si el enfoque verde que el pasado año defendió el PP cuando aún estaba coaligado con Cs, con una decidida apuesta por caminar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se mantiene con Vox o si, por el contrario, la denominada Agenda España del partido del vicepresidente Juan García-Gallardo se abre paso más allá de las tres consejerías que controla: Industria, Cultura y Agricultura.

Con la idea de un gobierno unitario diluida por la sensación de que PP y Vox gestionan los departamentos que controlan según sus criterios, sin contar con el acuerdo total del otro partido —lo que se aprecia especialmente en materias como el diálogo social, pero también en otras como la violencia machista o la memoria histórica—, ambos socios deberán encajar un concepto de presupuestos que sirva los dos partidos, en un contexto en el que no se entendería una nueva prórroga presupuestaria, después de la que rige actualmente como consecuencia de que el proyecto de ley anterior decayó con la convocatoria de elecciones anticipadas.

Y serán las elecciones, al menos las municipales que se celebrarán en mayo de 2023 y previsiblemente las de ámbito nacional en la parte final del año, las que también marcarán el paso de los partidos en este último trimestre del año de preparativos, como evidencian algunos de los debates que se comienzan a vislumbrar.

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