LA ruta del celorio

«Celorio viene al mundo fuera de tiempo, a sangre, de nalgas: su madre lo nace en las tierras, en Geras, y su padre, comadrón por necesidad, deja en claro la azada para arrancárselo del vientre a fuerza de manos, que las tiene como garras…». Este texto nos dará la bienvenida en la Ruta del Celorio, un trayecto ubicado en pleno corazón de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga.

Nos tendremos que desplazar y disfrutar del viaje hasta Geras de Gordón para encontrarnos esta ruta de reciente creación y que combina naturaleza y literatura. Y es que las personas que se animen a completar este recorrido de algo más de 5 kilómetros y muy recomendable para familias con niños a partir de cinco años, se irán encontrando un total de ocho paneles en los que irán conociendo la historia de ‘Celorio el de Geras. Tú sabes’ del leonés José María Menéndez López. Además, a mitad del recorrido os encontraréis con una sorpresa de casi 1,5 toneladas de peso…

Comenzaremos la ruta en un desvío de la carretera comarcal LE-473, antes de llegar a la ermita del Santo Cristo de Geras y finalizaremos en el mirador de Paradilla, donde podremos disfrutar de unas vistas espectaculares para inmortalizar el momento. La vuelta se puede hacer por la carretera que va de Paradilla a Geras, aunque os recomiendo volver por los caminos que nos han enseñado la historia de Celorio.

Como única nota negativa apuntar la mala señalización de la ruta al finalizar el valle que nos encontraremos al inicio, pero la solución es fácil, no tengáis miedo a abrir una valla que os encontraréis en el camino y problema superado. Y como notas positivas destacar la belleza del paisaje, la facilidad de la ruta, indicada incluso para niños de corta edad, y algo que no podemos pasar de alto, la suerte de poder cerrar la jornada de campo con un buen manjar en alguno de los restaurantes de Geras, el Tarabico o Entrepeñas. ¿Se puede pedir más? Pues sí, si alguien quiere «bajar» la comida disfrutando de la naturaleza ahí tiene el hayedo de Geras-Cabornera, no tan masificado como El Faedo y que te dejarán en la retina imágenes de ensueño.