Diario de León

Las leonesas son más emprendedoras, resisten y no le temen a la edad

- La actividad femenina se mantiene desde 2013 mientras la masculina pierde peso. La motivación para crear una empresa tiene un claro sesgo de género

patricia

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Quizá no haga falta concretar un Día Internacional de la Mujer Emprendedora. O quizá sí. Tal vez no sea necesario constituir dentro de las organizaciones empresariales asociaciones de mujeres emprendedoras . Aunque la práctica pone en evidencia que sí. Tan en evidencia que en las dos grandes organizaciones empresariales leonesas las asociaciones que defienden los intereses, sobre todo las inquietudes de las emprendedoras , son preocupantemente recientes.

En un entorno de avance social de la igualdad podrían parecer innecesarias. Todo lo contrario. Su participación va más allá del ámbito empresarial, son herramientas esenciales para seguir avanzando. «Como profesionales y como personas», señalan. 

Sinergias emprendedoras y vivenciales que no tienen sólo a las empresarias como objetivo. «Nosotras hemos tenido suerte de desarrollarnos profesionalmente y cumplir metas y sueños. Pero nos sentimos comprometidas con otras mujeres que no lo tienen tan fácil; y también con las mujeres del futuro, para que cada vez se encuentren con menos obstáculos». Lo explica Noelia Rodríguez de Celis, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León (Asele), integrada en la Federación Leonesa de Empresarios (Fele). 

Desde el Círculo Empresarial Leonés (CEL) la coordinadora del Grupo de Mujeres Empresarias y Directivas, María Luisa Ibán, señala que su objetivo es «ayudar a las nuevas emprendedoras a empoderarse, conocer más de cerca la problemática con la que se enfrentan cada día». 

Emprendimiento en datos

No es fácil conocer la realidad del peso de las empresarias en el tejido productivo leonés . De hecho, las únicas cifras concretas se refieren al número de trabajadoras por cuenta propia, cuya realidad sí desgrana la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). Es un colectivo que ya desde los años de recuperación económica anteriores a la pandemia pierde efectivos, tanto entre los hombres como entre las mujeres. Aunque estas resisten mejor que los varones. 

Entre 2018 y el mes pasado León perdió 2.242 trabajadores autónomos. Las mujeres sólo se han reducido en 670, e incrementan su cuota de emprendimiento en este grupo hasta el 37,6% de los negocios. 

El último informe del mercado laboral del Servicio Público de Empleo (Sepe) señala que el porcentaje de mujeres en la población leonesa es mayor que en la Comunidad o el conjunto del país, un 51,42% de los habitantes. Sin embargo la población femenina en edad de trabajar (de 16 a 65 años) es inferior a la masculina, un 49,54% del total.

También es mayor que la media el porcentaje de afiliación femenina a la Seguridad Social: a cierre de 2022 de los 161.736 cotizantes 80.382 eran mujeres, 13.336 de ellas en el régimen de autónomos. El organismo oficial señala que la población activa de las mujeres leonesas se mantiene en el mismo porcentaje desde 2013, mientras que la de varones «ha perdido peso». 

En el grupo de autónomas, en un tejido productivo marcado por las micropymes y con emprendedores mayoritariamente sin empleados o con muy pocos, llama la atención el hecho de que el 66% de las mujeres tenga más de 45 años. Son 8.805, frente a las 4.318 que tienen entre 25 y 44 años. Hay también un grupo de jovencísimas que se arriesgan: 213 tienen menos de 25 años. 

El último informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de Castilla y León destaca que las mujeres son aquí más emprendedoras que los hombres, y se diferencian sobre todo en sus motivaciones para crear empresas. En el caso de las empresas familiares, mujeres y hombres están igualados en Castilla y León, frente a una realidad  nacional donde se percibe claramente la brecha de género.

Lo corrobora Noelia Rodríguez de Celis. «En la Comunidad las mujeres somos más emprendedoras que los hombres, y el abandono es inferior a la media nacional, lo que implica que los empresarios somos más resistentes que la media nacional». 

En cuanto a las motivaciones, «las mujeres emprendemos porque queremos marcar una diferencia en el mundo, y también como medio de ganarnos la vida porque el trabajo escasea. Entre los hombres prima tener rentas más altas o continuar con la tradición familiar. Además, nosotras estamos dispuestas a emprender a cualquier edad». 

Una decisión en la que tanto Rodríguez como Ibán consideran que las asociaciones empresariales tienen un papel de apoyo fundamental. «Asele nació en mayo de 2019, ya hubo intentos antes pero quizá no se daban las circunstancias. Nació con una fuerza arrolladora. Ni la pandemia consiguió frenarla». 

Es necesaria porque «la igualdad de género es una asignatura pendiente en todos los ámbitos. También en el económico, la brecha salarial y la mayor tasa de desempleo sigue siendo una realidad para las mujeres. El Foro de Davos en 2018 concluyó que hacían falta 100 años para llegar a la igualdad efectiva; tras la pandemia el plazo es de 130 años». 

Aboga por no perder la perspectiva histórica, que «sigue perjudicándonos. Nuestras asociaciones son una necesidad. Las mujeres somos el 50% de la población, pero seguimos sin estar representadas en la misma medida en estudios, cargos directivos, cargas familiares,... A la hora de emprender a veces los problemas los encontramos en nosotras mismas, la inseguridad es un freno muy poderoso, de ahí la imperiosa necesidad de tener referentes», 

La presidenta de Asele defiende «tratar la igualdad y el feminismo de una forma sensata y natural, hoy se mira con recelo porque es un término denostado y politizado. Nuestra misión es dar una perspectiva de género en el ámbito empresarial. Pero para lograrlo es indispensable comenzar con la educación». 

María Luisa Ibán insiste en «la importancia de colaborar no sólo entre nosotras, sino en todo tipo de iniciativas ya sean lideradas por hombres o mujeres, de uno u otro sector, porque estamos en una provincia de muchos recursos, entre ellos el talento». Que en el caso de las emprendedoras leonesas se centra en el sector servicios: comercio, artesanía, belleza, consultoría,... «Son mujeres con formación cuurricular muy completa». 

Rodríguez coincide. «La igualdad no se consigue solas, es cuestión de todos, hombres y mujeres juntos. Tenemos que ir de la  mano y que todos podamos ver y contar que lo que hacemos y defendemos es bueno para el conjunto de la sociedad». 

Comprometidas con el desarrollo empresarial del territorio noroeste

Desde su fundación Asele forma parte de Empresaria y Directivas del Atlántico (EDA), junto a las organizaciones empresariales femeninas de Asturias, Galicia, País Vasco, Navarra y Cantabria. «Con el fin de reivindicar el Corredor Atlántico, necesitamos mucha fuerza para defender los intereses de nuestro territorio», explica Noelia Rodríguez. 

Desde el CEL María Luisa Ibán incide en su colaboración «no sólo con asociaciones de la provincia, como la Asociación de Empresarios del Alto Bernesga, sino de todo el noroeste del país, con congresos, foros, actividades conjuntas,...». 

Asele destaca entre las actividades que organiza la necesidad de «dotarnos de las herramientas necesarias para ser independientes, y desarrollarnos personal y profesionalmente».

Así organiza los desayunos informativos cada mes, sobre temas empresariales con expertos de cada sector. «Queremos acabar con la idea de que en León no hay nada, y así evitar que el talento se vaya». Por eso organizan visitas a empresas «inspiradoras». Las sinergias son imprescindibles, por eso el contacto entre las asociadas es permanente. Como el fomento de los referentes empresariales femeninos, o su participación en las comisiones de igualdad de las organizaciones empresariales nacionales. 

También desde el CEL el grupo de mujeres empresarias realiza encuentros mensuales con invitados relevantes, además de jornadas de formación.

«Planificación, acción y sin miedo»

«Si yo fuera ministra de Educación pondría la asignatura del emprendimiento desde el primer momento. Un país sin emprendedores es tremendamente triste».

Lo afirma Patricia de la Fuente, que dejó la empresa familiar de pastelerías Fuensanta en León para asumir por circunstancias personales una aventura vital en Madrid, que pretende concluir de nuevo en su tierra. «Dicen que duermo en Madrid, pero vivo en León. Estoy sentando las bases para volver». 

Licenciada en Ciencias de la Información, en la especialidad de Publicidad, trabajó seis años en el departamento de marketing de una empresa para dedicarse después al negocio familiar en León durante 14 años. En septiembre de 2017 se trasladó a Madrid con sus dos hijos pequeños. Tras asegurar la adaptación de los niños, comenzó su propio proyecto empresarial. En marzo de 2018 lanzó en España el proyecto inmobiliario francés iad. Hoy tiene repartido por el país un equipo de 80 asesores, 23 de ellos en León, su plaza fuerte. 

De su aventura emprendedora destaca como principal dificultad la formación para entrar en un mercado especialmente competitivo. «Emprender no es difícil si tienes ese espíritu, pero debes tener claro que durante unos meses no hay retorno económico. Lo más complicado es la perseverancia, hay que trabajar con fuerza en tu interior». En el caso de las mujeres, considera que son capaces de desarrollar «más empatía y paciencia, y eso te acerca a lo clientes».

En su experiencia la inversión inicial no es determinante, aunque reconoce que la financiación y el endeudamiento son frenos para muchos proyectos. Aún así, anima a quienes quieren emprender. «Las personas que tienen sueños pueden cumplirlos». Sin tener que irse, como le ha ocurrido a ella. «León es un lugar maravilloso para emprender». 

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