Diario de León

La segunda oleada que no será Covid

Diabéticos y pacientes con enfermedades crónicas son las víctimas no Covid de la pandemia. Los médicos esperan un aumento de consultas por las consecuencias del confinamiento. La telemedicina, que ahora se presenta como una alternativa, ya era una realidad para quinientas personas que usan un sistema flash de monitorización de glucosa.

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«Esperamos la oleada de los no Covid». El jefe del servicio de Endocrinología del Hospital de León, Isidoro Cano, asegura que el confinamiento ha afectado a todos los pacientes crónicos y, de una manera especial, a la población diabética, que necesita motivación para la práctica de ejercicio físico diario y el control de su alimentación.

Los más perjudicados son los leoneses con diabetes tipo 2, que son pacientes de riesgo para sufrir con más gravedad la infección del virus por la obesidad y la hipertensión. En el área sanitaria de León este peligro lo tienen 29.000 personas que sufren esta enfermedad. «Aunque las consultas se hacían de forma telemática, los análisis de sangre se bloquearon en abril, y eso ha sido uno de los problemas a los que nos hemos enfrentado, a pesar de los controles de glucosa que ellos se hacían con el pinchazo en el dedo en sus casas y las llamadas telefónicas para las consultas», asegura Cano.

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La falta de ejercicio físico afecta principalmente a los pacientes con diabetes mellitus tipo 2

La cuarentena, aunque psicológicamente ha afectado por igual a todos los pacientes, no ha tenido la misma repercusión para la salud de los diabéticos tipo 1. A un grupo de quinientas personas que en León ya utilizan el sistema de control remoto de monitorización de glucosa, la telemedicina ya llegó hace un año. León es una de las provincias que más rápido implantó el sistema de monitorización de glucosa tipo flash, un método que comenzó su implantación en la población infantil y que deberá estar disponible para todos los pacientes del país a finales de 2020. «Cuando salió este aparato hubo pacientes que se lo compraron por la ventaja que supone llevarlo en el brazo y controlar en cada momento tus niveles de glucosa sin necesidad de pincharte hasta seis veces al día», explica Isidoro Cano. Este gasto, de unos 1.500 euros al año, está asumido por Sacyl desde hace un año, «gracias a que la gerencia de Atención Primaria de León lo agilizó. Se la ha implantado a casi todos los pacientes candidatos, porque hay algunos que prefieren seguir con el sistema tradicional del pinchazo en el dedo».

Gracias a esta monitorización remota, los pacientes con diabetes fueron la avanzadilla de la telemedicina, incluso antes de la pandemia. «Para mí son todo ventajas», asegura Nicolás Ramos Esteban, presidente de la Asociación de Diabéticos de León (Adile). «El confinamiento nos vino atravesado. El ejercicio físico, que es lo que mantiene a raya la glucosa, quedó reducido a nada. De caminar mínimo una hora al día durante al menos tres días a la semana nos quedamos en casa. Los más motivados y concienciados compensábamos esas rutinas con algo de ejercicio en casa, pasillo arriba y pasillo abajo, pero hay gente que necesita más motivación». A Nicolás, como a otro medio millar de leoneses, el control remoto le salvó la vida. «Este aparato registra segundo a segundo los controles de glucosa y otros niveles de la sangre sin necesidad de que tengas que pincharte. Los datos están en una nube y si das permiso a tu médico él lo controla desde su ordenador al minuto. Gracias a eso te puede hacer recomendaciones para ajustar la insulina, reducir o aumentar el consumo de hidratos de carbono cuando lo necesites».

El encierro y la imposibilidad de hacer ejercicio físico ha hecho aumentar los controles de glucosa. «El deporte es uno de los mejores sensibilizadores para la insulina. En reposo el músculo necesita menos glucosa. La falta de ejercicio incrementa estos niveles entre un 25 y un 50%», asegura el endocrino leonés Elías Delgado, jefe de sección de Diabetes del Hospital Universitario Central de Asturias (Huca) al que asisten pacientes de León.

«El confinamiento ha tenido repercusiones física y psicológicas porque también a los pacientes diabéticos les han afectado los Ertes y todo eso provoca un estrés que tiene repercusiones en los niveles de glucemia, que es un sensor muy sensible. Además, la persona diabética tiene un factor de riesgo añadido por el coronavirus». Delgado aconseja ahora volver a la normalidad y recuperar los hábitos de ejercicio para controlar la glucosa y bajar la insulina. «Lo normal es que todo vuelva a su pauta de una manera muy rápida», asegura. «Estar en casa no viene bien a nadie y aunque podían salir no lo hicieron para cuidar de los demás». Todos estos consejos, aunque válidos para todos los perfiles, son más importantes para pacientes con diabetes mellitus tipo 2. «Con la diabetes tipo 1 es diferente porque los pacientes no entraban en eses perfil. Mi consejo es que estén tranquilos y sigan con sus controles. Las personas con esta diabetes han sido unas privilegiadas porque son las que más se han beneficiado por la telemedicina y las consultas telemáticas. Con el sensor en el brazo lo tienen todo controlado y los médicos podemos hacer un seguimiento sin necesidad de que tengan que venir a la consulta. Es un lujo que el sistema sanitario cubra este procedimiento de monitorización».

Para el jefe del servicio de Endocrinología del Hospital de León, Isidoro Cano, la primera oleada de pacientes que lleguen al hospital no serán los del Covid «serán, entre otros, los diabéticos tipo 2, a los que hemos tratado de atender con las consultas por teléfono cuando todo se aplazó. La base para el mantenimiento de la salud es el ejercicio físico y durante el confinamiento no han podido hacerlo».

«La gente está muy concienciada», explica el presidente de Adile. «Mi médico tiene acceso a la nube de los datos que ofrece mi monitor. Gracias a eso puede controlar mi evolución durante todo el día, no sólo con los resultados de un pinchazo, se refleja hasta si he comido más o menos hidratos de carbono».

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