La Fele exige una planta de reciclaje de escombros para evitar vertidos ilegales
El presidente de la patronal en el Bierzo advierte de que no existe ningún lugar autorizado en la comarca para depositar los restos de las obras de construcción
Ponferrada precintó el pasado lunes el vertedero de Contenedores del Bierzo.
El precintado del vertedero particular de escombros de la empresa Contenedores del Bierzo en Posada ha dejado al sector de la construcción sin ningún lugar donde depositar los restos de las obras, según ha advertido el presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) en el Bierzo, Javier Morán, que reclamó a la Junta de Castilla y León y a la Diputación provincial que sumen esfuerzos junto a la iniciativa privada para poner en marcha un depósito autorizado y una planta de reciclaje. Morán lamentó que ninguna administración se haya ocupado hasta ahora de dotar al Bierzo con una instalación imprescindible para el sector de la construcción porque muchos contratos de obra están vinculados al compromiso de depositar los escombros en un lugar autorizado.
«Por todas partes hay pequeños vertederos de escombros porque no haya ningún vertedero público donde empresarios y particulares puedan llevar sus vertidos», se quejó Morán, que recordó que una planta de reciclaje permitiría reutilizar además los escombros como material para nuevas construcciones después de su conversión en áridos.
El presidente de Fele-Bierzo apeló al impulso de las administraciones antes las dificultades que encontraría una empresa particular para lograr las autorizaciones necesarias y obtener una declaración de impacto ambiental favorable. El caso de Contenedores del Bierzo, cuyo vertedero fue precintado esta semana por el Ayuntamiento al no disponer de los permisos necesarios, ha sido un ejemplo del callejón sin salida en el que se encuentra el sector. El propio gerente de Contenedores del Bierzo, José Merodo, reconocía el pasado lunes su desesperación porque el precintado ordenado por el alcalde después de una denuncia de IU, le obliga a suspender la actividad de la empresa, con siete empleados y más de 300 contenedores de obra repartidos por toda Ponferrada y parte de la comarca.