Diario de León

Plantean dos años de internamiento por atentar contra su expadrastro

La exhijastra, que pasó seis meses en un centro de menores, culpa ahora al joven que la acompañaba.

Vivienda de Priaranza —derecha— en la que A.G. fue agredido con un cuchillo mientras dormía. L. D. M.

Vivienda de Priaranza —derecha— en la que A.G. fue agredido con un cuchillo mientras dormía. L. D. M.

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León

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j. c. f. | Ponferrada

Tras permanecer seis meses internada en un centro de menores, la joven de 17 años (tenía 16 en el momento de producirse los hechos que se encuentran a la espera de juicio) que el pasado mes de agosto se confesó autora del ataque sufrido por el vecino de Priaranza del Bierzo, A. G., —su expadrastro, de 60 años de edad— ha cambiado su testimonio autoinculpatorio y ahora, según apunta el abogado de la acusación, Ramiro Pacios, «se ha desdicho de esa primera declaración y apunta a un ‘chico que la acompañaba’», como el autor material del ataque que estuvo a punto de costarle la vida al sexagenario.

«La intención de esta acusación particular es que, en el caso de que aparezcan indicios de la colaboración del amigo-novio de la presunta agresora en el plan de homicidio, se amplíe la acusación a éste», señala el abogado del sexagenario agredido.

El caso, que debería ser visto en el Juzgado de Menores de León este mismo año, se encuentra todavía en fase de instrucción a la espera de que se practiquen más pruebas periciales, así como la toma de nuevas declaraciones. Entre las diligencias que desde la acusación particular se tiene previsto solicitar al juez figura, como no podía ser de otra forma tras el cambio en la declaración de la exhijastra del agredido, un careo entre ésta y el joven que la acompañó el pasado 12 de agosto desde otra localidad del Bierzo a la que la familia de la joven había trasladado su lugar de residencia a Priaranza del Bierzo, y que ahora, la joven habría señalado.

Una circunstancia que éste ha negado en sus declaraciones previas. En ellas aseguró haber acompañado a la, en principio, autoinculpada, y que «mientras ésta desapareció, permaneció junto con una amiga con la que se habían desplazado».

Hay que recordar que los hechos en cuestión se registraron en la madrugada del 12 de septiembre de 2016. En esa fecha, A.G. ya había regresado a la casa familiar de Priaranza del Bierzo, —domicilio que tuvo que abandonar por la orden de alejamiento de su exesposa y madre de la presunta agresora que le había impuesto el juez—, tras tener conocimiento de que todos los integrantes de su ya exfamilia se había trasladado a vivir a otra localidad berciana. Mientras dormía y, según el testimonio de A.G., «siendo ya próxima la madrugada», notó la presencia de alguien más en su cuarto, reaccionando, de forma instintiva para protegerse la cara de un ataque. Una acción defensiva que, evitando males mayores, no le salvó de sufrir cortes en la mano izquierda y oreja derecha.

Sin poder identificar a su agresor, A.G. acudió al juzgado y presentó la pertinente denuncia ante la Guardia Civil. A los diez días, la benemérita le confirmaba la detención de la mayor de sus exhijastras.

Por estos hechos, que han sido calificados de homicidio con el resultado de lesiones, la acusación particular pedirá la aplicación de la mayor pena de internamiento posible para la presunta autora del ataque. Habida cuenta de que la, en principio autora confesa de los mismos, no podrá entrar en prisión al ser menor de edad en el momento de producirse estos, la acusación que dirige Ramiro Pacios pedirá dos años de internamiento en un centro de menores.

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