Diario de León

Los planes de la empresa Intauxma

Así quieren quitarle hierro al Coto Wagner

El estudio previo proyecta abrir galerías paralelas, rellenar la capa explotada y cimentarla para evitar hundimientos y sacar menos estériles.

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León

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c. fidalgo | ponferrada

Una enorme rampa con la forma de un sacacorchos estirado, o elipsoide, y pendientes del diez por ciento que atraviesan tres capas de mineral. Esa será la entrada.

Galerías de extracción del hierro, espaciadas cada 300 metros para acceder a la capa explotada, y en paralelo, galerías auxiliares. Así será la mina subterránea.

Y máquinas para introducir las cargas explosivas, excavar y extraer el hierro y rellenar después el hueco con el escombro sobrante y pasta cimentada, como en un bunker o el talud de una carretera, para que el terreno recupere su estabilidad, reducir el riesgo de hundimiento y, de paso, la cantidad de estériles que se depositen en la superficie. Este será el método de trabajo.

Son los tres aspectos más destacados del estudio de impacto ambiental para reabrir el Coto Wagner, la antigua explotación de hierro que funcionó entre 1952 y 1982 entre las localidades de Calamocos (Castropodame) y Paradasola (Molinaseca), y que la sociedad Intauxma, del empresario Victorino Alonso, pretende explotar durante 12 años —17 si se cuentan los dos años de preparación y los tres para ordenar el cierre— para extraer dos millones y medio de toneladas anuales. Intauxma recordaba el pasado viernes en un comunicado que la viabilidad de la inversión de «unos 60 millones de euros» que crearía «unos 200 empleos directos con otros 600 indirectos» dependerá en primer lugar de que los precios al alza del hierro en el mercado internacional se mantengan, pero la mayor preocupación que han mostrado vecinos de los dos municipios y el grupo Ecologistas en Acción, que ha presentado alegaciones, es que la reanudación de la actividad extractiva provoque nuevos hundimientos del terreno como los que se produjeron hace una década en el entorno de Onamio. No en vano, las galerías de la vieja mina de hierro pasan por debajo del pueblo.

Intauxma ya ha anunciado que asumierá la mayor parte de las alegaciones en el proyecto definitivo, y que se plantea medidas compensatorias para reducir el riesgo de subsidencia, pero el estudio inicial ya contempla, al menos sobre el papel, el relleno no solo de las galerías que se abran para extraer el hierro sino también «de los antiguos minados», según el estudio consultado por este periódico. La empresa también se plantea alejar de Calamocos la planta de tratamiento con capacidad para 340 toneladas por hora donde el mineral sería «sometido a machaqueo, molienda, flotación y separación magnética, espesado y filtrado del concentrado».

A la espera de incorporar alegaciones, el estudio previo de Intauxma, sin embargo, no ha convencido a Ecologistas en Acción, que teme nuevos hundimientos y alerta de que la empresa no incluye en su proyecto estudios que evalúen el comportamiento del terreno, la estabilidad geotécnica y las consecuencias de reanudar la actividad para las poblaciones próximas. Los ecologistas no deja de alertar sobre el carácter «altamente contaminante» de la minería del hierro por la liberación de metales pesados y recuerdan las «deficientes restauraciones mineras» y las condenas judiciales de Victorino Alonso.

Intauxma, en cualquier caso, empezaría su actividad el primer año recuperando el mineral de la escombrera de La Repierta, que no requiere una inversión tan elevada y cuya rentabilidad a corto plazo genera menos riesgo.

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