«A veces comprobamos cómo los padres son quienes más disfrutan»

No sólo se trata de una función concreta en un día puntual. Para Ópera Divertimento, la difusión de los clásicos entre el público menudo es labor fundamental a muchos niveles, y así, colegios leoneses como La Anunciata, Santa Teresa, San Juan de la Cruz o Peñacorada recibieron estos días la sonora visita de miembros de la compañía, quienes les introdujeron en el asombroso y vibrante mundo de la ópera. Andoni Barañano, además de tenor, es su director artístico.

—¿Cómo hacer ‘digerible’ para los niños un libreto en principio tan complejo como el de ‘La flauta mágica’?

—Lo que hemos hecho ha sido seleccionar aquellos fragmentos del original que nos parecían más adecuados para su comprensión por parte de los más pequeños pero sin olvidar nunca el orden narrativo, el argumento del espectáculo. También hemos alternado los números narrados con los cantados con el fin de que los niños no pierdan en ningún momento el hilo de la historia.

—¿Recibe bien la propuesta este público menudo?

—Sí, porque además hemos intentado crear un espectáculo que exige una comunicación permanente con los niños, que ellos participen mucho. Así, les preguntamos cosas, les instamos a que estén atentos al argumento, les involucramos, introducimos guiños diferentes... por eso se lo pasan muy bien y de forma constante. Desde el primero momento ya están dentro.

—¿Y sus padres?

—Muchas veces notamos cómo son ellos los que más disfrutan. Porque no es un espectáculo en el que los adultos se sienten directamente ‘a que pase’, no; percibimos que disfrutan y que participan. En ocasiones es gente que nunca ha tenido la oportunidad de acercarse a la ópera y esta es una muy buena ocasión también para ellos.

—¿Cómo fue el estreno en el Teatro Bellas Artes?

—Obtuvo un gran éxito, de hecho comenzamos el 6 de noviembre con vistas a terminar el 11 de diciembre y ya hemos tenido que prorrogarlo hasta, al menos, el próximo 8 de enero.

—¿Estamos ante una obra con moraleja? ¿Para qué edades está pensado?

—No es, propiamente, un espectáculo con mensaje, pero sí ofrece, en abstracto, un combate entre el bien y el mal. Aunque el montaje está pensado para niños a partir de cuatro años, sé de pitufos de tres y hasta dos a los que sus padres han llevado y a los que ha motivado mucho la escenografía, tan colorista, el juego de telones... todo junto.