Diario de León

MINORÍAS ABSOLUTAS

Lo incipiente

Publicado por
RAFAEL SARAVIA
León

Creado:

Actualizado:

Estamos llenos de incipiencia. Llenos de ese comienzo alado que es el atrevimiento atroz del que no teme al bochorno generado por la ignorancia.

Ante tamaña metáfora planteada por la insigne alcaldesa de Zamora, esa que reza « Cualquier menstruación de una mujer es un aborto incipiente. Es un óvulo que no ha prendido» uno se siente cojo con su traje de poeta. Porque para llegar a ese grado de retórica, para llegar a congregar ese verso que ha de colocarse a la altura de los grandes versos de Pemán «¿Para qué esas libertades/ que nunca el pueblo ha buscado?/ Libertad siempre la hubo/ Para lo bueno y lo cristiano:/ Si quieren otra...es que quieren/ Libertad para lo malo», hace falta mucha trayectoria catecúmena y pastoril. Toda ella ajena a la cordura que cualquier hombre de bien (incluso cualquier hombre de dios) ha de cultivar en la sesera.

Pero lo grandioso de esta oda a la perturbación, es que la mencionada alcaldesa, guarda entre sus logros, un reluciente título de medicina, al que debe añadir sin duda la diplomatura en retórica peripatética a partir de hoy. o es cuestión de defender una postura u otra, con toda la legitimidad que un debate de esta altura ha de generar. Es más bien saberse inmune a la barbaridad a la hora de argumentar discursos.

Estamos llenos de incipiencia, como dijo Harry Mulich, el escritor neerlandés, «Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final».

Por eso, a pesar de los abortos incipientes y las presiones gubernamentales para que una consulta ciudadana no sea posible en Cataluña (y eso que muchos saben de mi antipatía por los nacionalismos caducos), la realidad no ha de ser otra que ese comienzo que no ha de desaparecer jamás. Por mucho final que le quiera otorgar un gobierno al sentimiento global de una gran parte de España.

Si la consulta debería ser vinculante o no, si debe hacerse sólo a los catalanes o a todo el pueblo español y, en definitiva, cualquier planteamiento que enmarque los cauces de una consulta dentro de una legalidad, serían todas ellas opciones válidas. La única opción errónea, la única que no puede ampararse en un discurso democrático, es la de prohibir a la ciudadanía cómo constituir su modelo de convivencia.

Muchos de nuestros dirigentes no se dan cuenta de que no están ahí, en lo alto de la representación social, para aleccionar a lo que ellos consideran un pueblo sin derecho a opinar. Y no hacen más que ampararse en la sinrazón que supone acudir a la carta magna (lo escribo con minúsculas porque cada vez su magnitud me incomoda más) sin darse cuenta que la constitución la firmaron los españoles de hace 36 años. Y que los españoles del siglo XXI tienen derecho a reescribir las condiciones de su modelo de convivencia acorde a los tiempos que vivimos. Ahí queda, lo incipiente como forma de generar finales plurales. La versatilidad del atrevimiento rancio en contra de la coherencia política y vital. Una manera inicial de cargarse la democracia última.

tracking