«Pozos es un pueblo que pedía su propia novela»

Lugar: Biblioteca Pública de León.

Hora: 20.00.

e. g. | león

Una de las razones por las que el leonés Gerardo Martínez Castro ambienta en la Cabrera su primera novela, Pozos , que hoy presenta en la Biblioteca Pública, es la de «reivindicar mayor atención sobre la comarca y sobre sus enormes recursos, tanto turísticos como arqueológicos». Un buen escenario para una historia de suspense, ambición, pasión y crimen.

—¿En qué escenario pretende sumergir al lector con ‘Pozos’?

—Quiero que los lectores se vean inmersos en una aventura atípica en la que diferentes personas llegan, cada una a su ritmo y con sus propios problemas, hasta un pequeño y peculiar pueblo de montaña donde provocarán varios sucesos inesperados. Así, cada capítulo narra las vivencias diarias de alguno de los protagonistas.

—En esencia, ¿qué le movió a dar a la imprenta esta novela?

—Quería que mi primer trabajo literario reflejase el amor que siento por León, mi tierra y la tierra de mis ancestros. La minería aurífera y sus vestigios eran el trasfondo elegido, la excusa, y uno de los ejes principales sobre los que pivotar la trama. Elegí Pozos de Cabrera porque aúna muchas cualidades para una buena novela: está en una comarca bella y majestuosa, es un pueblo apartado, donde se acaban las carreteras, y, para colmo, está construido sobre una antigua mina romana. Sencillamente, es un pueblo de novela que necesitaba una novela.

—¿Qué objetivos se plantea con esta novela de suspense?

—Son varios. Uno de ellos, desde luego, darme a conocer como escritor y ponerme a prueba a mí mismo. Pero también reivindicar la Cabrera. Se puede y se debe recuperar y poner en valor toda la riqueza histórica que tenemos allí, y que está quedando olvidada. Tengo la secreta ilusión de que algún día se recuperen los dos pozos mineros y las galerías que hay en el pueblo, y que puedan enseñarse.

—El oro del Teleno continúa atrayendo, incluso en épocas más o menos actuales...

—Somos, entre otras cosas, descendientes de ástures y de invasores romanos. Y uno de los grandes adelantos que ellos introdujeron fue la explotación masiva del oro nativo. ¿Existiría León sin el oro? Puede ser. ¿Sería como lo conocemos? Es muy dudoso. Como leonés común, a veces me asombro con lo poco que sabemos de nosotros mismos y de nuestro pasado. Mucha gente conoce las Médulas, pero también muchos desconocen que, con toda probabilidad, en Cabreira, Teleno y en los Aquilianos, Roma extrajo más oro que en Las Médulas. Hay centenares de kilómetros de canales excavados en la montaña, túneles, tramos de ríos desviados, galerías en roca con casi dos mil años de antigüedad… Todo ello es apasionante.

—Cree que la historia leonesa podría ser fuente de más novelas, relatos... e incluso películas, que podríamos sacarle más partido?

—Con total certeza. León es una tierra muy rica, aunque no lo sepan o no lo sepamos gestionar. Por extensión, por diversidad cultural y natural, por historia, patrimonio, gastronomía… Tengo otra secreta ilusión: que algún día se ruede la película Pozos . Andar y ver.