Diario de León

El palacio de Buckingham tiene una obra de Marco Lux

Un leonés retrata la suciedad del rey emérito

El palacio de Buckingham tiene una obra de Marco Lux. Este controvertido artista leonés afincado en Hamburgo, que se define como «empresario, artista, bailarín, actor, padre, esposo, amante, loco, visionario, libre, crítico y adelantado a mi tiempo», ridiculiza al rey emérito en su obra ‘La suciedad es real’.

El artista Marco Lux ante un retrato de Marilyn Monroe.

El artista Marco Lux ante un retrato de Marilyn Monroe.

León

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Criado en Suiza y afincado en Hamburgo, el artista Marco Lux es prácticamente un desconocido en su León natal. Acaba de vender a un coleccionista alemán un cuadro dedicado al rey emérito Juan Carlos I, titulado La suciedad es real. Marco Lux, que también se dedicó al mundo del espectáculo, ha retratado a la reina Isabel II y a actrices como Daniela Santiago, Rossy de Palma o Jennifer López. Su obra, mordaz e irreverente, nunca se ha expuesto en León.

—¿Cuál es su intención al retratar a personajes famosos?

—Más que una intención, es una necesidad. Sacar a través de mis manos la idea que tengo de esas personas o lo que han influido en mi vida por una u otra razón. Esto, por supuesto, cuando pinto libremente. Si es un pedido especial de ellos mismos o de un coleccionista, entonces mi intención máxima es que cuando lo miren se vean reflejados y orgullosos del resultado. Valoro mucho la satisfacción del que observa mi arte.

—Ha dedicado un cuadro al rey Juan Carlos titulado ‘La suciedad es real’, ¿qué opinión tiene del rey emérito?

—La opinión que tengo de él queda muy bien reflejada cuando se observa el lienzo. Mi opinión sobre el rey emérito se pone de manifiesto de manera especial con el título de la obra: La suciedad es real . Creo que sobran las palabras. Lo que opino de ese personaje es más bien una visión de lo que ha hecho o permitido hacer. Por eso, uno de los rasgos característicos del lienzo es la posición de Juan Carlos con una espada de sangre, montando un caballo que pisotea la bandera de España cubierta de sangre de elefantes.

—¿Quién ha comprado la obra?

—La obra la ha adquirido un coleccionista privado llamado S. Schoenian. Y la compró, precisamente, por la ironía y la realidad vergonzosa que refleja.

—¿Qué recuerdos tiene de León?

—De León tengo recuerdo sobre todo de las fiestas de San Froilán. Ver las calles del Cid cubiertas de paja y el vestuario medieval de las personas que venden sus productos en la calle. El olor a la morcilla… El bullicio del Barrio Húmedo todo el año. Y, por supuesto, la hermosísima y única en el mundo Pulchra Leonina. También recuerdo los pueblos del norte de la provincia, donde se respira naturaleza pura y montañas infinitas.

—¿Viene alguna vez?

—Desgraciadamente no voy muy a menudo, pero voy. Y visito a mis amigos, de los que guardo un grato recuerdo. También a parte de mi familia, que aún vive allí. Pero mi meta es poder tener el tiempo para viajar más a León.

—¿Están sus obras en algún museo?

—Han estado en museos de Londres y México por períodos de tiempo limitados. Pero más importante para mí es que cuelguen en las paredes de clientes. Como el Palacio de Buckingham, un par de mansiones en Miami o en casa de actrices y cantantes tan reconocidas como Daniela Santiago o Jennifer López.

—¿Ha expuesto alguna vez en España?

—En España he tenido el honor de que una de mis obras estuviera presente en el maratón de donación de sangre del hospital Severo Ochoa de Madrid; y que personalidades del fútbol y la política se hayan fotografiado junto a ella. He tenido alguna propuesta, pero lo estoy valorando.

—¿Ha dejado el mundo del espectáculo?

—Finalmente, tras muchos años y tras haber llegado muy alto de la mano de Olivia Johnes en Alemania, sí, lo he dejado. Quizá el accidente que tuve hace años me dio la señal de que ya era hora de bajarme del escenario. Pero es cierto que lo echo mucho de menos a veces.

—Algunas de sus obras, más que un alegato homosexual, da la sensación de que pretenden solo provocar. ¿Es esa su intención?

—Bueno, lo considero más un canto a la libertad de expresión y una explicación de que el desnudo y la cultura al cuerpo nada tienen que ver con los gustos sexuales de cada uno. También manifiesto con mis lienzos de desnudo masculino la ausencia de vergüenza a mostrar lo que consideras hermoso, sea un hombre musculoso, una geisha o una actriz transexual de renombre. Por supuesto, el término provocar tiene un amplio significado para mí. Si un lienzo mío no provoca o no crea críticas y polémica, expresando realidades y fantasías, no estoy entonces orgulloso de él.

—¿Cuánto han llegado a pagarle por una obra?

—La respuesta se puede dividir en dos. Pero ambas sin ánimo de ser descortés. Me han pagado a veces cantidades muy altas. Pero era lo que la obra valía, teniendo en cuenta el sentimiento que transmitían al verlas en vivo.

Pero por una de ellas, en la exposición de Hamburgo en 2019, me ofrecieron una cantidad muy superior al valor de mi obra más cara. A pesar de ello, no la quise vender, ya que es un lienzo que pinté hace muchos años y es el resultado de mi destruido estado de ánimo en aquel momento y mi propuesta de salir adelante y llegar muy alto.

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