Diario de León

Denuncia política e intimidad de Arroyo

La Fundación Bancaja inaugura la primera retrospectiva del artista con raíces leonesas que se hace tras su muerte en 2018

En la imagen un hombre toma una fotografía del bronce ‘Deshollinador bud’ de 1982. ANA ESCOBAR

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carla aliño
León

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La denuncia política, social y cultural que Eduardo Arroyo ejercía a través de su pintura se da la mano en Valencia con la parte más íntima, reflexiva y filosófica de este artista madrileño, con firmes raíces leonesas en Robles de Laciana, en la primera gran retrospectiva desde su muerte en 2018.

La Fundación Bancaja de la capital valenciana acoge desde hoy y hasta el 23 de junio la exposición Eduardo Arroyo , integrada por más de 80 obras entre pinturas, esculturas, dibujos y collages, que recorren su trayectoria creativa desde los años 60 hasta su fallecimiento.

La muestra es un testimonio de la evolución de la obra de este artista, pero también de sus inquietudes políticas y sociales, así como de sus grandes aficiones personales, destacó ayer el presidente de la fundación, Rafael Alcón.

«La exposición nos revela al Arroyo que lleva a su pintura la denuncia de la dictadura franquista y la experiencia del exilio, pero también al Arroyo más íntimo que disfrutaba de aficiones como la literatura, el cine o la música», dijo Alcón.

En la presentación estuvieron también presentes la viuda del pintor, Isabel Azcárate, y la comisaria de la muestra, Marisa Oropesa, quien remarcó la gran inteligencia y genialidad de Arroyo, a quien consideró un gran filósofo y una persona que invitaba a la reflexión en cada una de sus obras.

En sus cuadros todo tiene una intencionalidad, pues era una persona de una gran cultura y una gran sensibilidad, a la que preocupaba todo aquello que le rodeaba y que «sufría con la humanidad». Si viviera, señaló la comisaria de la exposición, estaría seguramente denunciando las dos grandes guerras que se sufren en estos momentos en el mundo, en referencia a las de Ucrania y Gaza, ya que a Eduardo Arroyo «le preocupaba el ser humano».

El visitante de esta exposición podrá contemplar las diversas disciplinas que abordó Eduardo Arroyo (1937-2018) en su producción artística a través de sus dos etapas creativas: durante su exilio a París (1958-1976) y después del exilio tras la muerte de Franco (1976-2018).

Y también observar algunas de las obras más destacadas de este artista internacional, que nunca estuvo de acuerdo con la abstracción ni tampoco se sintió un artista pop, sino que bebió de grandes pintores como Goya o Velázquez, cuyas obras conocía desde niño gracias las visitas que hacía con su abuelo al Museo del Prado.

Entre las obras expuestas destaca El cordero místico, la interpretación personal que Arroyo realizó entre 2008 y 2009 del conocido políptico de los hermanos Hubert y Jan van Eyck, y en la que eleva a la categoría de mártires a Van Gogh y a Oscar Wilde, además de representar a la Virgen leyendo el Ulises de Joyce.

La obra incluye, además, a otros personajes como Peggy Guggenheim, Buñuel, María Callas o el protagonista de Ciudadano Kane, además de insertar en él a la mosca o el boxeador, algunas de sus señas de identidad, junto con los deshollinadores, los toreros o las flamencas.

Retrato del enano y bufón de la corte (1970), Titan White Rembrandt I (1969), El camarote de los hermanos marxistas (1991) o El regreso del exilio (1977) son otras de las obras que pueden verse, junto con El buque fantasma (2018), última obra en la que trabajó antes de su muerte, inspirada en la composición de Richard Wagner El holandés errante.

La exposición no ha sido sencilla de realizar debido a que la componen obras de muy diversos propietarios, entre ellos la Galería Marlborough, la Colección de Arte Abanca, Colecciones ICO Madrid, Colección P. Arroyo, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (Ivam), el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco Artium, la Fundación Azcona y colecciones particulares.

Además, incluye la proyección de un extracto del documental Arroyo. Exposición individual , una pieza audiovisual que fue producida en 2012 por La Fábrica y el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

En la imagen un hombre toma una fotografía del bronce ‘Deshollinador bud’ de 1982. ANA ESCOBAR

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