Intervendrán en las ‘patologías’ de la iglesia del Mercado
Cambio de ‘piel’. El exterior de la iglesia del Mercado de León se encuentra en una situación crítica. El párroco ha conseguido 150.000 euros de la Junta para arreglar las fachadas, afectadas por el ‘mal de la piedra’. Patrimonio acaba de dar luz verde.
La iglesia del Mercado ha llegado al límite. El ‘mal de la piedra’ de Boñar ha hecho estragos en las fachadas, especialmente en la sur, así como en el ábside. La erosión es perfectamente visible. El párroco, Manuel Fláker, encargó un informe al arquitecto Mateo Llorente y lo envió a la Junta, que ha concedido 150.000 euros para restañar la deteriorada ‘piel’ de esta iglesia erigida por el célebre arquitecto Pedro Deustamben, conocido también como Pedro de Dios, que diseñó al mismo tiempo —finales del siglo XI y principios del XII— la primera fase de la colegiata de San Isidoro. De momento, no hay fecha para el inicio de los trabajos de rehabilitacón, pero Fláker espera que sea «en breve».
La Comisión Territorial de Patrimonio aprobó ayer la propuesta de limpieza y restauración de fachadas de Nuestra Señora del Mercado, aunque «deberá aportar un proyecto de ejecución que incluya un estudio de paramentos con caracterización petrográfica e identificación de patologías detectadas en las diferentes zonas de las fachadas». Patrimonio quiere que se conserven los revocos originales existentes sobre la fachada sur u otros que se identifiquen a partir del estudio de paramentos. El párroco apunta que estos revocos son de finales del XIX, de la época en la que Julio del Campo restituyó algunas piedras de la fachada.
Explica que la fachada sur es la más deteriorada, por las bruscas alteraciones de temperatura. Una zona ‘acosada’ también por las humedades, que se habrían incrementado desde el arreglo del pavimento de la plaza del Grano. El párroco apunta como solución un sistema de drenaje en el atrio, que se restauró hace más de 40 años. Pero no sabe si el presupuesto de la Junta será suficiente para atajar también este problema que sufre el edificio, declarado Monumento Nacional en 1973.
Hasta ahora, las pequeñas reparaciones las han sufragado los fieles, como la restauración del interior, de las imágenes o la torre y el chapitel. Pero la restauración exterior de la iglesia «era demasiado». «No podíamos abordarla», confiesa.
Hace casi tres décadas —relata Fláker— alumnos de la Escuela Taller sustituyeron algunos sillares que se encontraban muy dañados y se llevó a cabo la limpieza del absidiolo.
De la iglesia del Mercado, que tiene una curiosa forma de sepulcro, se sabe que la torre es obra de Felipe de Cajiga (1598) y que fue rematada por Fernando de Compostiza. Un incendió destruyó en 1464 la primitiva iglesia, de estilo gótico, erigida nuevamente en 1762 por el arquitecto García Pumarino con una sobria traza clasicista. En los últimos años los donativos han permitido rehabilitar las tallas de san Ildefonso, san José, la Inmaculada, san Antonio de Padua y santa Lucía. En 2016 el desprendimiento de varias tejas ponía en evidencia la penosa situación de la cubierta del templo. En aquel momento, el entonces párroco, Enrique García Centeno, convocaba a los feligreses para recaudar los 48.000 euros a los que ascendían los trabajos de retejado.
Las últimas intervenciones
La mayor rehabilitación que ha visto el templo de la plaza del Grano en los últimos años fue cuando en 2008 ‘volvieron a la vida’ las pinturas barrocas de la sacrisitía, deterioradas y casi desaparecidas por el paso del tiempo. Los frescos del camarín salían a la luz tras años de oscuridad, bajo el polvo y la suciedad. La recuperación de estas pinturas ascendió entonces a 83.000 euros, que cofinanciaron el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de León. Las pinturas murales datan de 1761 y en ellas es evidente la participación de varios artistas.
Ahora «se trata de una intervención que permitirá consolidar el edificio», asegura Fláker. Es la primera vez que este templo pida ayuda a la Junta de Castilla y León.
La iglesia del Mercado también tiene su propia leyenda, según la cual el 9 de febrero del año 560 se encontró la imagen de la virgen escondida entre unas zarzas, en el sitio donde ahora se erige la cruz de la plaza del Grano. En homenajea a aquella aparición, el pueblo erigió un pequeño santuario, edificación anterior al actual templo. El templo sufrió un hundimiento en febrero de 1856 y perdió parte de las bóvedas. El monje benedictino Miguel Echano, del convento de Sahagún, firmó un año después los planos de la restauración, que ascendió a 86.000 reales. La iglesia a punto estuvo de ser demolida. En el siglo XIX los monumentos de la ciudad se encontraban en una situación calamitosa. En 1836 el Ayuntamiento puso el punto de mira en la parroquia de Nuestra Señora del Mercado. La idea era ensanchar la plaza del Grano y la iglesia era un obstáculo insalvable. Finalmente, imperó la cordura y los planes de derribo no se llevaron a cabo.