«El sueño de Tristán», de Salvador Armesto, llega a la Escuela de Arte

Una original idea basada en elementos propios de las realizaciones publicitarias, y en la que la fotografía y la línea se unen para crear una serie de inquietantes sugerencias, son la base sobre la que sustenta la muestra de Salvador Armesto titulada El sueño de Tristán , que se presenta estos días en la Escuela de Arte con la colaboración con el Instituto Leonés de Cultura. «Despierta Tristán de tu sueño hechizado, narcótico, fugitivo de la realidad que transmuta en signo el lenguaje del cuerpo dormido, ideograma del sueño: nada o muerte. Despierta Tristán», este es el lema con el que Armesto pretende introducir al espectador en una espectacular instalación que presenta en el suelo las imágenes fotográficas del cuerpo desnudo del propio artista, mientras que eleva a las paredes de la sala unos delicados dibujos realizados con trazo seguro y armónica composición. «Es un trabajo que basa en el sueño -comenta- y en cómo la propia figura, mientras duerme, genera gestos o figuras que se pueden convertir en iconos del mismo sueño. El sueño es algo baste polisémico, aunque en este caso se hace referencia a uno concreto. Tristán es envenenado con un narcótico para que no pueda rescatar a Isolda, para que no pueda cumplir con su deber. En mi interpretación todos somos tristanes y de alguna manera la circunstancia nos obliga a estar sumidos en un sueño que nos impide actuar con libertad». Los dibujos sobre la pared hacen que la instalación tenga algo de graffiti, «es una referencia -dice- al graffiti comercial, es un aspecto en el que ya he incidido en otras ocasiones y que me parece un soporte válido e impactante. Con un dibujo basado en la línea, sin sombras ni colores, intento extrapolar la idea de punto y línea sobre el plano para hacer el dibujo aún más hiperbólico, y de que la línea en sí misma tenga sentido antes que la forma. Pretendo conseguir una grafía, expresarme a través de ideogramas». Armesto ha comprometido su propia figura, su cuerpo, como modelo único para los dibujos y fotografías, y lo hace, simplemente, «porque es lo que tengo más a mano, porque me resulta más fácil posar que andar buscando otros modelos. Aunque puedo asegurar que no hay ningún tipo de narcisismo en tenerte como referente». El sueño, pues, como mordaza, el sueño al que el hombre es sometido para hacerle cómplice ante la injusticia y el vandalismo, ante el imperioso yugo del poder establecido. Horario: de 8.30 a 15.30 y de 17.00 a 21.00, viernes, sólo por la mañana. Pablo Flórez, 4.