Raúl pone en pie al Bernabéu

Raúl González saboreó los últimos minutos con la camiseta del Madrid en un Trofeo Santiago Bernabéu convertido en homenaje a una leyenda del madridismo, que desbordó emoción y reconocimiento de la afición en la despedida que merecía un jugador de época, que volvió a marcar de blanco (5-0).

El Santiago Bernabéu se puso en pie porque regresó a casa uno de los personajes que mejor ha representado a la identidad de lo que ahora parece una paraíso perdido. Raúl González provocó en los madridistas el orgullo y en aquellos que no lo son el respeto. Quien es capaz de conjugar semejantes sentimientos es alguien que ha resistido para estar por encima de las miserias, que ha sujetado a sus propios demonios, que ha focalizado su energía en su pasión y su trabajo, y que ha sabido escoger cada uno de los momentos de su vida. Raúl volvió entre aplausos porque supo cuándo marcharse, hecho que habla mucho mejor del futbolista que de todos los que le rodeaban. Todos.

Raúl volvió homenajeado por el club, tarde, como si jamás hubiera sido un futbolista discutido. La memoria es corta. Lo fue durante su última temporada en el Madrid, en la que Manuel Pellegrini lo sentó en el banquillo con la naturalidad de dos profesionales que conocen su lugar. Si alguien quiere saber qué piensa el actual entrenador del Manchester City del ex capitán del Madrid, no tiene más que preguntarle. La respuesta del jugador fue disciplina, mientras estuvo en el club, y competitividad cuando lo dejó para buscarse un futuro en la Bundesliga.

Anoche volvió a entusiasmar a una afición que no le ha olvidado y que sueña con su regreso al club. Jugó un tiempo con cada equipo. En el Madrid lo hizo con su ‘7’ a la espalda por deferencia de Cristiano Ronaldo. Una noche mágica. Realmente lo de menos fue el resultado final del encuentro (5-0), con goles de Raúl, Isco, Benzema de penalti y dos de Jesé.