Diario de León

El duelo provincial enciende Ponferrada

Casi 8.000 seguidores de la Deportiva y de la Cultural se dieron cita en El Toralín De León se desplazaron 1.500.

L. DE LA MATA/MARCIANO PÉREZ

L. DE LA MATA/MARCIANO PÉREZ

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ÁLEX ESTÉBANEZ | PONFERRADA

?Como no podía ser de otra forma, El Toralín recuperó su mejor aspecto para vivir el derbi provincial tras una temporada sin que los eternos rivales se vieran las caras. El estadio de la Deportiva rozó el lleno y apenas quedaron sin vender 300 entradas de las 1.500 que el equipo berciano envió a la Cultural. Un espectáculo que duró bastante más que los noventa minutos reglamentarios.

La jornada comenzó pronto para muchos, que pasaron las horas previas al partido disfrutando del casco antiguo de Ponferrada. Los cortos, los vinos y los pinchos se mezclaban con las canciones y los primeros intercambios de opiniones entre aficionados de uno y otro equipo.

Los aficionados locales llegaron pronto al Toralín para recibir a los suyos a la puerta del vestuario, buscando dar el penúltimo empujón a los futbolistas antes de que el césped cobrara protagonismo. Pero el calor de verdad llegó una vez que se ubicaron en las gradas, donde la gente dejó poco hueco para el cemento.

De fondo norte a fondo sur, los seguidores bercianos y leoneses se dedicaron los habituales cánticos y consignas desde que los dos equipos salieron a calentar, aunque esta vez el tradicional intercambio de pancartas se quedó sólo en dos mensajes desde el lado blanquiazul.

El primero, un recuerdo al descenso de la Cultural del pasado mes de junio con un «Gracias Numancia» que se quedó tras la portería del fondo norte durante todo el partido. El segundo, una actualización del clásico: «La ciudad de Ponferrada saluda al pueblo catarí». Ingenio no falta. Como ocurrió con el partido, las aficiones se repartieron el protagonismo durante los noventa minutos. En la primera parte fueron los seguidores de la Ponferradina los que más gritaron, comenzando con un «A Ponferrada me voy» justo antes de que los equipos saltaran al terreno de juego que puso los pelos de punta a más de uno mientras las banderas del Bierzo y las bufandas de la Deportiva ondeaban.

Tras el descanso, las fuerzas parecieron apagarse igual que el juego, pero con los arranques de la Cultural se hizo notar la afición leonesa, que empujaba a los suyos hacia la portería de Gianfranco. Mientras, el resto del estadio respondía con pitos y gritos de «Deportiva, Deportiva» para espolear a los de Jon Bolo cuando parecían pasar por momentos de apuro.

Al final, eso sí, unos y otros se quedaron con las ganas de celebrar un gol de su equipo y una victoria que habría significado más que los consabidos tres puntos para cualquiera de los dos equipos.

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