Diario de León

Fútbol | Primera División / El Clásico

Batalla campal fuera del Camp Nou

El fracaso de Tsunami en convertir el clásico en altavoz independentista dio alas a los violentos

Disturbios en los aledaños del Camp Nou durante el descanso del partido aplazado de LaLiga que disputan este miércoles Barcelona y Real Madrid . EFE/Toni Albir

Disturbios en los aledaños del Camp Nou durante el descanso del partido aplazado de LaLiga que disputan este miércoles Barcelona y Real Madrid . EFE/Toni Albir

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Melchor Sáiz-Pardo | Madrid
León

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Del acto reivindicativo y no violento a escala planetaria no hubo nada. Tsunami Democràtic no anduvo ni siquiera cerca de conseguir su ambicioso objetivo de convertir el clásico en un enorme altavoz que llevara la causa independentista catalana a los más 700 millones de espectadores del partido. La plataforma que hasta ahora se había apuntado éxitos indiscutibles como los de colapsar el aeropuerto de El Prat o las fronteras terrestres con Francia, pinchó en el Camp Nou. Sus acciones sorpresivas y pacíficas que iban a hacer hablar de la crisis catalana en todo el mundo se quedaron en un tímido lanzamiento de pelotas de playa al campo y un par de pancartas. Al final, el fracaso de Tsunami lo que sí hizo fue dar alas -y muchas- al independentismo más violento que volvió a tomar las calles con barricadas de fuego como hizo en octubre y noviembre tras la sentencia del procés.

Tsunami desde hace días aseguraba que ya tenía a 25.000 activistas listos para sus acciones sorpresa en el partido del FC Barcelona y el Real Madrid. Sus mensajes en sus canales de comunicación, replicados por todos los grupos del independentismo radical, apuntaban a una jornada histórica para la internacionalización de la causa secesionista. La Generalitat e Interior llegaron a movilizar a más de 4.000 agentes (públicos y privados) ante el órdago de una plataforma con un halo de imbatibilidad. Pero al final solo 5.000 personas, según los cálculos de la Guardia Urbana, participaron en las cuatro protestas simultáneas en los alrededores del Camp Nou que debían haber inundado los alrededores del estadio durante las cuatro horas anteriores del choque futbolístico.

Pero antes del encuentro no pasó nada. Absolutamente nada. Los activistas de Tsunami se dedicaron a repartir 100.000 cartulinas azules del 'Spain, sit and talk' (España, siéntate y habla) el lema independentista que la plataforma pretendía hacer este miércoles viral a escala planetaria. El grupo también repartió infinidad de caretas con el rostro de Leo Messi para confundir a los servicios de seguridad durante alguna de las 'performances' que debían hacerse en el interior del estadio y que luego nunca llegaron.

Aficionados en la grada del Camp Nou durante el partido aplazado de la décima jornada de LaLiga Santander de fútbol entre Barcelona y Real Madrid .EFE/ Enric Fontcuberta

La falta de acciones de relumbrón de Tsunami fuera del estadio fueron dejando cada hora que pasaba más espacio a los grupos de radicales y encapuchados, que poco antes del inicio del partido comenzaron a dejarse ver en las puertas sur del estadio, caldeando el ambiente en los controles de seguridad donde el personal del Barça se afanaba en confiscar las caretas de Messi (para evitar rostros cubiertos en el campo) pero no las pancartas.

Boixos, el detonante La aparición de un reducido grupo de Boixos Nois (de ultraderecha) en la zona sur del Estadio, en las cercanías de Travessera de les Corts, fue la mecha que encendió todo. Los efectivos de la Brigada Móvil (Brimo, antidisturbios) tuvieron que intervenir para evitar el choque con los grupos de extrema izquierda y antifascsitas que se habían dado cita en esa zona convocados por Lliris de Foc (Lirios de fuego), un grupo radical nacido hace solo unos días y que no esconde su carácter violento.

Mossos d'Esquadra ante el hotel Sofía de Barcelona donde en unas horas se concentrarán el FC Barcelona y el Real Madrid antes de el clásico de La Liga que este miércoles disputarán los dos equipos en el Camp Nou y que se considera de alta tensión ante la protesta anunciada por Tsunami Democràtic, por lo que se desplegará desde primera hora un amplio dispositivo de seguridad, con más de 3.000 agentes, incluyendo seguridad privada, para garantizar su celebración. EFE/Quique García

Varios centenares de encapuchados solo tardaron minutos en hacerse fuertes en las inmediaciones del Estadio, donde la campaña campal se desató a mitad del primer tiempo, cuando los agentes tuvieron que emplearse a fondo, incluido el uso de gases y el lanzamiento de balas de foam, para que los encapuchados no entraran por la fuerza al estadio. Varios grupos de violentos fueron desalojados cuando ya habían superados las vallas exteriores del recinto.

Y a partir de ahí, el caos. De nuevo las imágenes de una Barcelona en llamas, de barricadas por doquier o de lanzamientos de adoquines a los Mossos. Idénticas fotografías de fuegoy cargas, pero esta vez en los pudientes barrios de encima de la Diagonal y no en el centro turístico de la ciudad. Y todo con el riesgo añadido de tener que desalojar a 93.000 espectadores a través de esa batalla.

Miles de aficionados levantan pancartas y cartulinas en el estadio del Camp Nou minutos antes de que comience el partido aplazado de LaLiga entre el Barcelona y el Real Madrid.EFE/ Alberto Estevez

 

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