El Atlético se engancha a Europa y frena al Valencia (1-0)

Con sufrimiento extremo, sin apenas fútbol, pero con una lucha agonística de principio a fin, el Atlético logró una victoria valiosa ante el Valencia, un rival directo, que le engancha definitivamente a la lucha por entrar en Europa. El gol en una acción a balón parado de Torres, que ya suma ocho de ocho en la últimas jornadas, resultó definitivo. Los rojiblancos sumaron su segunda consecutiva en casa tras vencer la semana pasada al Sevilla y se sitúan a un punto de la zona Uefa y a tres de la Champions. El Atlético salió enchufadísimo, muy presionante e intimidatorio. Se comió en el arranque a un Valencia timorato y con algunos desarreglos provocados por la ausencia de Baraja. Fruto de su atractiva puesta en escena, y de un error de los ché a la hora de defender un córner, llegó el testarazo de Torres que abrió el marcador. Tuvo un par de ocasiones más el Atlético, desbaratadas por Cañizares a disparos de Gronkjaer y Luccin, antes de ceder el terreno y el cuero al adversario. Padecieron los rojiblancos la lesión de Perea, quien tuvo que retirarse a la media hora tras resentirse de un golpetazo en la cabeza involuntario de Fabio Aurelio. Aunque pasó a dominar territorialmente, sobre todo después de que su técnico corrigiera su planteamiento y retrasase a Marchena al centro de la defensa, pasando Sissoko al medio y Navarro a la derecha, el Valencia no encontró a Aimar ni halló huecos en la primera mitad, que acabó entre protestas de unos y otros a un pésimo Iturralde González. En el segundo tiempo prácticamente se acabó el fútbol, en gran parte por culpa de un árbitro que no dio ni una, ni en lo disciplinario, ni en lo técnico, ni a la hora de conceder la ley de la ventaja. Entre otros mil errores, perdonó la roja a Sissoko y a Navarro, que con sus tacos abrió una brecha junto a la rodilla del uruguayo Núñez. El Atlético se olvidó por completo del balón, jugó con fuego y sufrió hasta el final frente a un Valencia que no definió.