Diario de León

Magistral Ciudad de León

La historia habla por la boca de Spassky

El mítico jugador recordó la partida que le marcó: cuando perdió el mundial con Fischer Afirma sospechar que el gran Alekhine fue asesinado

Spassky desgranó sus recuerdos, ocurrencias y vivencias para disfrute de toda la parroquia

Spassky desgranó sus recuerdos, ocurrencias y vivencias para disfrute de toda la parroquia

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G. Fernández/Nepomuceno - león
León

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Es una leyenda. Y él, Boris Spassky, lo sabe. Entró en la mitología del ajedrez en el año 1972 cuando perdió el título mundial ante el excéntrico norteamericano Bobby Fischer. Aquella derrota le marcó. Sobre todo porque las autoridades comunistas rusas nunca le perdonaron la «ofensa» de haber caído ante el representante del país enemigo. La guerra fría estaba en su apogeo y no sólo se dirimía con tanques y misiles. También se peleaba sobre un tablero de ajedrez. De aquellos tiempos, de sus recuerdos, vivencias y aventuras habló ayer Spaskky en el Instituto Leonés de Cultura en una conferencia-coloquio que hizo las delicias de todas las personas que pudieron comprobar como la historia se hacía palabra en boca de este mítico jugador ruso -ahora nacionalizado francés- reinó en el ajedrez a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta. Sabe que aquella lejana partida disputada en Reykiavik hace ahora 35 años le señaló y le hizo entrar, tal vez por otro camino, en la historia del ajedrez mundial. Es famoso por una de sus pocas derrotas. Spassky, no obstante se lo toma con mucho sentido del humor. Hace bromas constantes en relación a Fischer, fruto también de la retranca que da el paso de los años. Cuando alguien le preguntó los motivos de su derrota ante Fischer no buscó excusas. «Simplemente él fue más fuerte que yo. «El momento crucial fue el comienzo de la tercera partida -recordó- para poder salvar elmatch tuve que dar permiso para jugar en una sala especial, donde no había casi oxígeno ni aire». Y lo hizo en contra de la opinión de sus colaboradores más directos. Llegó a valorar abandonar la tercera partida, como hizo Fischer en la segunda pero no lo hizo. «Hasta esa partida, Fischer no había ganado aún ninguna», apuntó. Pero al aceptar jugar esa tercera partida en esas condicones, el perdió el control psicológico de la situación. «Y para los campeonatos del mundo es fundamental mantener el control psicológico de la situación», subrayó. A Spassky, en todo caso, le cae bien Fischer. Y negó que se hubiese preparado mal para aquel mundial a pesar de sus diferencias con los comunistas. «Me preparé muy bien pero no estaba bien psicológicamente».

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