Déficit de leonesidad

DÉFICIT de Leonesidad en los protagonistas directos de la Lucha Leonesa. La última prueba -por ahora- de esa insensibilidad leonesa y precisamente por quienes, casi por definición, debiera estar más en sintonía con la Causa de nuestra Tierra y en todas sus vertientes. Unos campeonísimos, campeones de campeones, insensibilizados en lo personal e individual por cuanto les rodea y «a pesar de lo cerca que les pilla»: ni lo que se gesta -indigesta- en su entorno más próximo parece que les afectase. Ya supondrán que nos estamos refiriendo al pasotismo e indiferencia de casi todos los luchadores participantes en el corro Campeón de Campeones del pasado 16 y en relación con el testimonio de rechazo a la Línea de Alta Tensión Lada-Velilla que se pretende hacer cruzar nuestros territorios leoneses más caracterizadamente luchísticos. Nos apresuramos a hacer la salvedad de las encomiables excepciones. Selecta minoría, al tiempo de constatar nuestra decepción -como leoneses- ante la actitud insensiblemente pasiva del resto, de la inmensa mayoría. Sobremanera de aquéllos a quienes se viene considerando más proclives al sentimiento leonés; la solidaria Leonesidad, la Leonesa solidaridad a toda prueba y a flor de piel que veníamos invocando. Y reivindicando su exteriorización. Si no corporativamente y con pancarta comprometida e implicadota, veníamos diciendo, al menos a título persona con el simbólico lazo verde. Pues ni lo uno ni lo otro, y excepciones individuales -supercampeonísimas- aparte. Más decepcionante aún fue la actitud vergonzante adoptada por la Agrupación Provincial de Lucha Leonesa (club elogiosamente reconocido a menudo desde esta columna), que le faltó empuje e impulso de Leonesidad, de solidaridad interleonesa, para exhibir la pancarta confeccionada con el expresivo texto: ¿ desde el Bernesga, el Torío, el Curueño, el Porma, el Esla, el Cea, la Lucha Leonesa clama ¡¡¡no a la línea de alta tensión!!! Pues ni en la manifestación callejera de hace meses por las calles de León, ni en el Palacio de Deportes en el «Campeón de Campeones». Que el presidente Zapatero firme ese denominado «Contrato con la Naturaleza», sí, pero con la naturaleza de su tierra a punto de ser masacrada y justamente a costa de Comarcas de lo más deprimido. Con la naturaleza del Bernesga, del Torío, del Curueño, del Porma, del Esla, del Cea¿ O acaso la dejadez política, de todos los políticos, se deba precisamente a que va a cruzar comarcas que apenas cifran en votos. En cualquier caso, y sin hurgar y derivar más a otras connotaciones más o menos políticas, nos remitimos y les remitimos a titulares. Crisis de Leonesidad, crisis de patriotismo leonés. Ni la mayor parte de políticos e instituciones, ni la intelectualidad progre (vaya contradicción) está por la labor. Ni en ese «frente eléctrico y altatensionado», ni en la causa -con mayúscula- leonesa. Nuestra Fiesta Regional Leonesa del 24 de Abril, ni el León Real 2010¿ son contemplados con reticencias y casi tan vergonzantemente como la frustrada pancarta reivindicativa denunciadora de la Agrupación. O como se sigue escondiendo también de forma un tanto vergonzante el Monumento a la Lucha Leonesa: oculto en un parterre a la vera de una carretera circunvaladora. Mientras que en el recientemente instalado monumento alegórico a las Cortes Leonesas, figuran todo tipo de juegos populares y no la demostración atlética más leonesa, popular y tradicional-costumbrista, cual es la Lucha practicada secularmente -y exclusivamente- en León. Y múltiples ejemplos así. ¿Existe o no crisis y déficit de leonesidad? ¿Falta de sensibilidad hacia lo nuestro, aborregamiento cazurro? Desde enclaves luchísticos en alguna medida propician tal déficit de Leonesidad, esa falta de sensibilidad Leonesa, los de la semántica aluchera, especie a extinguir afortunadamente ¿Una Federación de Aluches, junto a la tarusa, la bidarga¿ y demás «juegos tradicionales y autóctonos»? Ideal para hacerles el juego autonómico a los Amos del Castillo. «¿Que no, que no: que aquí no ha pasado nada. Que siguen las torres quietas, amaneciendo espadañas, y nuestros muertos se mueren sin música de campanas, Honor que Dios ha legado solo al Señor de la Espada». (Vicente Presa sin duda apuntaba al Sr. Castellano: dueño y señor del Castillo).