Dios... en moto
Y
A LO ADMITIÓ a principios de temporada: «Si este año vuelvo a ganar el titulo seré un Dios y si lo pierdo seré un idiota». Y eres un dios, Valentino. Después de dos años perdiendo el título por diversos problemas, que ya todos conocemos, y después de un controvertido y polémico cambio de neumáticos que hizo correr ríos de tinta, has vuelto a demostrar quién es el rey en Moto GP, la máxima expresión del motociclismo de competición.
Me tocó ver el final vida deportiva del polémico Fhil Read, del mítico Agostini (15 títulos), del retorno para correr en la Isla de Man en el 78, del que se decía
Mike Hailwood, de Roberts padre, del todopoderoso Fredi Spencer, de E. Lawson y una larga lista e interminable de pilotos de altísima valía; pero ninguno del talento, carisma, inteligencia, valor y profesionalidad de Valentino Rossi.
El hijo de Graciano, como se le conoce en Italia y en el paddok mundialista, ha dejado sentenciado el mundial 2008 por si quedaba alguna duda de quién es el mejor, pero el mejor piloto de todos los tiempos.
Y es que de casta le viene al galgo. Su padre, el excéntrico e irreverente Graciano Rossi, ya apuntó buenas maneras en sus andanzas por el mundial, allá por los años 80, ganando varias carreras en 250 cc. a lomos de las legendarias MBA e impresionando a propios y extraños con su espectacular pilotaje sobre aquella moto italiana que parecía una cebra, la San Venero 500 cc., hasta que se dio un tortazo tan grande que tuvo que dejar la alta competición, aunque al día de hoy sigue corriendo en alguna carrera de coches.
Y el pequeño Valentino heredó éstas y otras cualidades desde muy temprana edad y como todos los comienzos son difíciles tuvo que pasar etapas malas y buenas hasta hoy llegar a ser el hombre-leyenda , el mejor piloto del planeta.
Si hacemos caso de la estadística, otro de los buenos, Doohan, ganó su primer título, de los cinco, a los 29 años edad, en la que está hoy Rossi, entonces que sus rivales se echen a temblar porque pueden caer, si la suerte le acompaña otros 4 ó 5 títulos más.
En fin, yo seguiré siendo siempre fan de Valentino Rossi porque él no sólo es la magia de Moto GP sino del motociclismo. Y le digo lo mismo que su jefe de mecánicos, Jeremy Burgess, cada vez que sale a una carrera: «Rossi, ¡aplasta a los cabrones!».
