Diario de León

El BCE receta a España reducir los impuestos y más tajo al gasto público

Draghi decepciona al evitar nuevos estímulos y aleja posibles medidas para las pymes.

Mario Draghi, ayer en Fráncfort.

Mario Draghi, ayer en Fráncfort.

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i. castro | (colpisa) bruselas

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El presidente del BCE, Mario Draghi, recuperó ayer su tono más severo al advertir a los socios del euro de que la austeridad es irrenunciable. El responsable italiano criticó la reciente decisión de Bruselas de ofrecer más tiempo a varios países, entre ellos España y Francia, para que reduzcan su déficit. Convencido de que los mercados volverán a «castigar» a los gobiernos que no equilibren sus cuentas, insistió en que la relajación de los techos de gasto solo puede aceptarse en «circunstancias excepcionales». El jefe del banco central subrayó que el Ejecutivo español y otros en una posición similar gozan de herramientas para conjugar crecimiento y rigurosidad. La receta pasa por bajar impuestos y concentrar un tajo todavía mayor en el «gasto público improductivo».

Draghi compareció en Fráncfort al término de la reunión mensual de la cúpula de la entidad. Aunque las expectativas tampoco eran demasiado altas, el jefe del eurobanco decepcionó al no ofrecer ninguna medida nueva ni indicios sólidos de que volverá a implicarse a fondo para impulsar el crecimiento del bloque. Incluso, anunció un leve empeoramiento de la recesión a lo largo de este año con una aceleración algo más vigorosa en el 2014. Según las previsiones del emisor de la moneda única, el PIB se contraerá este ejercicio un 0,6%, pero se espera que la actividad repunte gradualmente a partir del verano. La falta de estímulos tuvo un impacto directo en la prima de riesgo española, que acabó en 317 puntos.

El gobernador italiano abundó en su teoría de que el BCE, a diferencia de la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra, no tiene un papel protagonista en los esfuerzos para dejar atrás la recesión. A su juicio, los gobiernos deben asumir todo el liderazgo y apretar al máximo con los ajustes. «La opción de ampliar los plazos para corregir el déficit excesivo debería reservarse para circunstancias excepcionales», remarcó en alusión al reciente viraje de la Comisión.

Tras meses de pulso interno, Bruselas apostó a finales del mes pasado por otorgar dos años adicionales a España y Francia para reducir sus desfases presupuestarios. En ambos casos, la decisión definitiva depende de los Veintisiete e implica fuertes sacrificios como reformar las pensiones y los impuestos.

«No nos pongamos demasiado optimistas», agregó en referencia a la calma lograda desde principios de año. El aviso va para todos los socios con desfases acumulados, pero el destinatario más claro sería Francia. Hasta ahora, el Gobierno de François Hollande se ha mostrado reticente con las reformas.

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