Diario de León

Más de 40 países crean la hoja de ruta para poner fin a la guerra en Libia

España apoya no respetar el Ramadan que permitiría a Gadafi tomar oxígeno

La ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, su homólogo de Qatar y Hillary Clinton.

La ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, su homólogo de Qatar y Hillary Clinton.

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efe | estambul

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El Grupo de Contacto sobre Libia, que reúne a más de 40 países y organismos internacionales, da por hecho que el líder libio, Muamar al Gadafi, abandonará el poder y ayer presentó en Estambul una hoja de ruta para poner fin a la guerra en el país norteafricano. La resolución final de la cuarta reunión del Grupo de Contacto subraya que el régimen de Gadafi carece de legitimidad, por lo que reconoció al Consejo Nacional de Transición (CNT), que agrupa a los rebeldes, como «la autoridad gubernamental legítima de Libia». Esta decisión confiere mayor credibilidad y apoyo al CNT y, según informó la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, permitirá desbloquear los algo más de 30.000 millones de dólares que el régimen libio posee en los bancos estadounidenses.

El primer paso de la hoja de ruta aprobada ayer es un llamamiento a que Gadafi abandone el poder para que las negociaciones entre el gobierno de Trípoli y los rebeldes puedan proceder. El documento advierte de que la dimisión no eximirá al coronel libio ni a sus socios de sus responsabilidades ante la Justicia internacional por los presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad que haya podido cometer. Según informó el ministro de exteriores, Alain Juppé a la prensa, en el momento de inicio de las negociaciones, una vez sin Gadafi, se establecería un alto el fuego que sería verificado por la ONU y la Unión Africana. Mientras tanto, la estrategia es «mantener la presión militar» a través de la operación «Protector Unificado» de la Otan y, al mismo tiempo, continuar los «contactos políticos», para obligar a Gadafi a dimitir.

Sin considerar el Ramadán. Los bombardeos de la Otan continuarán también en agosto, a pesar de que entonces tendrá lugar el mes sagrado musulmán del Ramadán y que algunos socios de la Alianza, como Turquía, pidieron aprovechar este periodo para declarar una tregua. «De acuerdo con diversos países árabes que participan en el Grupo de Contacto, no hay contradicción entre las reglas religiosas durante el mes de Ramadán y nuestra intervención militar», justificó Juppé.

La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, defendió mantener la presión militar sobre el régimen de Gadafi, aunque sea durante el Ramadán, mientras no haya un alto el fuego «verificable y real». Jiménez reiteró que la salida no puede ser militar, aunque subrayó la necesidad de mantener la presión en este terreno para obligar al régimen de Trípoli a cesar en sus ataques.

Varios países árabes se mostraron partidarios de suspender las acciones militares en el mes de ayuno musulmán, uno de los preceptos del Islam, que este año va del 1 y al 29 de agosto. El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davugoglu, quien abrió la sesión, advirtió de que la continuación de las hostilidades en este período podría agravar aún más los problemas de la población civil. Jiménez rechazó que las operaciones aéreas y navales se detengan, puesto que permitiría a Gadafi tomar oxígeno.

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