Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

LLEVABA toda la vida. Varias generaciones le han visto envejecer sin solución. A él y a la causa palestina. Entraron en la escuela, salieron de la Universidad y él seguía ahí. Inamovible. Y su causa también. La excusa sin excusa. La eterna guerra de David. Una pedrada constante a la conciencia de los hombres. Asomarse al conflicto palestino es hacerlo al horror y al dolor. Cada día, cada hora, en cualquier momento. Hasta el hombre más insensible podría llorar conmocionado por un niño que aprieta su adolescencia en un cinturón de explosivos y muere para matar y también para no vivir más. Un futuro sin futuro. Una sinrazón con demasiadas razones. Arafat, el hombre que habló ante la ONU con una rama de olivo en la mano y una pistola en el cinturón, ha pasado a la historia. El hombre enigma ha muerto. Nadie sabe dónde nació, casi nadie sabe de qué murió. Controvertido y polémico como la tierra a la que sirvió de padre, líder y defensor, vivió armado con proyectiles y palabras. Y los usó con todas sus consecuencias. Su tiempo se acabó ayer, lejos de Palestina, la patria donde las balas crecen entre los campos de olivos. Él mira hacia la Meca mientras el resto del mundo mira hacia otra parte. Debería ser la hora del fin. Para que la pistola yazca para siempre en la tumba y la rama de olivo se abra paso entre la tierra.

tracking