Diario de León

Libby, el único procesado por el caso Plame, podría ser condenado a 30 años de cárcel

Un ex asesor de Cheney, culpable de obstruir a la justicia y mentir

Según el jurado, obstaculizó la investigación sobre la filtración del nombre de un espía Un escándalo que

Libby sale del tribunal con su esposa, tras conocer el fallo

Libby sale del tribunal con su esposa, tras conocer el fallo

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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Lewis Scooter Libby, quien fuera la mano derecha del vicepresidente Dick Cheney durante años, fue declarado culpable ayer de cuatro de los cinco cargos que pesaban contra él: uno de obstrucción a la justicia, dos de perjurio y un cuarto de mentir al FBI durante la investigación sobre el caso de la filtración de la identidad de la agente secreta Valerie Plame, en marcado en la campaña de la Casa Blanca para justificar la invasión de Irak. Libby podría ser condenado a un total de 30 años de prisión y una multa de más de un millón de dólares. Este abogado de 56 años, que fue reclutado décadas atrás por Cheney, con quien guarda una relación casi filial, permaneció impasible al oír el veredicto anunciado en su décimo día de deliberaciones por un ju-rado de siete mujeres y cuatro hombres. Desde el comiendo del juicio, en el que al final no testificó como tampoco lo hizo Cheney, se declaró inocente. Su abogado, Theodore Wells, se mostró «muy decepcionado» con el fallo. Todo lo contrario que el fiscal especial, Patrick Fitzgerald, quien a pesar de declararse satisfecho dijo que el resultado «es triste». «Es triste porque un alto funcionario que trabajó en la oficina del vicepresidente obstruyó la acción de la justicia y mintió bajo juramento. Hubiéramos deseado que esto no pasara, pero pasó». Durante el juicio, Fitzgerald defendió que Libby -quien no es acusado de ser el origen de la filtración si no de mentir- habló sobre la identidad de Plame con varios periodistas y más tarde inventó una historia para evitar ser condenado. Hasta ocho testigos reconocieron haber hablado sobre este asunto con él un mes antes de que se filtrara el nombre. Por su parte, el ex jefe de gabinete de Cheney, quien dimitió tras ser procesado, trató de convencer al jurado de la fragilidad de su memoria y la pesada carga de trabajo diario, lo que le habría llevado a incurrir en contradicciones al no poder recordar exactamente cómo llegó a conocer el nombre de la ex espía. Primero, dijo que lo supo por boca de Cheney, que lo olvidó y que más tarde lo volvió a oír al veterano pe-riodista de la NBC Tim Russert, quien lo desmintió. La defensa de Libby insistió en que era un chivo expiatorio y que no mintió intencionadamente. Su abogado pedirá que se celebre un nuevo juicio y que, si eso falla, apelará el veredicto. «Estamos seguros de que al final Libby será exonerado, seguiremos luchando», dijo Wells. La sentencia definitiva se dará a conocer el 5 de junio. Mientras tanto, el ex ayudante de Cheney permanecerá en libertad. Bush, «triste» Desde la Casa Blanca, señalaron que Bush está «triste por Libby y su familia» pero declinaron comentar la posibilidad de que el presidente le indulte al ser «algo hipotético» pues aún no se ha formulado. Por su parte, el senador de-mócrata Harry Reid, afirmó que «era cuestión de tiempo que alguien en la Administración Bush fuera encontrado responsable de la campaña para manipular la información de inteligencia (que llevó a la guerra en Irak)».

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