Diario de León

VODKA AND VOGUE

Verde Wabi-sabi

Verde por negro, prendas-joya, vuelta a las perlas, enseñar de más... Apuntarse a las propuetas para el otoño de Héctor Loureiro

Vestido-joya de Forever Unique (en Paty Blue)

Vestido-joya de Forever Unique (en Paty Blue)

Publicado por
HÉCTOR LOUREIRO (hectorloureiro.tumbir.com)
León

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El otoño, bueno en León el invierno, ya está acechando y sus tendencias venideras con el. Suban a la moda de un solo pendiente propuesta por Louis Vuitton, acepten prendas joya con los que no se necesita nada más, las perlas vuelven a reinar en las salas de fiesta, enseñar de más ya no es un problema, es una actitud. En serio, háganme caso: dejen fundir el color de su piel con el de su vestido. El verde botella se posiciona como plan B recurrente masculino, ya no es todo negro. El fajín por fuera del traje lo hemos podido ver en los ‘streetstyle’ de fiestas como Loewe o Chanel. Yo me apunto.

Y envolvámoslo al estilo Wabi-sabi, como sus ojos verdes, verdes Wabi-sabi.

Y si les digo que era verano, una noche cualquiera de esas de agosto, bueno en verdad no era una noche cualquiera, la luna era la más cercana a la tierra del año, difícil de ver en verano y todavía no había empezado a menguar. La gente comentaba del cielo que se podía ver azul en plena madrugada, pero qué va, estaban equivocados, yo solo podía verlo verde, un verde intenso, como el color de sus ojos, los pequeños ojos más bonitos que había visto jamás... Había bastante jaleo al rededor, la gente reía y celebraba, nadie lo entendía, era como sí ni ellos mismos pudiesen escuchar la melodía que desprendían sus propias sonrisas, algo parecido a Divenire de Ludovico y allí estaban sin inmutarse, metidos en la fiesta. Yo no podía, seguía mirando los ojos verdes achinados.Nuestras miradas se cruzaron, me golpeó instantáneamente el corazón y la razón. Fueron tres segundos, lo justo para salvarme (Hasta qué no te parten el corazón en mil cachitos no se pueden comprender esas miradas). Discúlpenme pero desde ese momento no he podido tener otra cosa en mi cabeza, llamadme loco pues sólo un loco podía cometer la locura de amar hoy en día. Eso me transportó directamente al imperio del Sol naciente, a aquellas jerarquías orientales. Comprendí la necesidad de hablar de la estética japonesa, minuciosamente detallista y elegante. Olvídense de los kimonos, los pies de loto, los Maneki-neko (gatos dorados de la suerte) o los paraguas de papel. Aquí hoy, en Vodka and Vogue no hemos venido a hablar de tópicos.Hablemos de la estética Wabi-sabi, una estética de origen japonés donde lo transcendental, lo incompleto está reconocido como belleza. Una estética tristemente elegante. De las estéticas más difíciles de explicar, no hay definición generalizada, es ambigüa, expresada mayoritariamente en la poesía. Se refleja soledad y tristeza, como si se tratase de algún retrato de Virginia Woolf.

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