Diario de León

LEÓN ■ LAS PENSIONES

El poder adquisitivo de los pensionistas leoneses pierde 120M€ en 6 años de reformas

Congelaciones y subidas mínimas desde 2011 adelantan la rebaja . de las prestaciones, que se verá acentuada en los próximos años

La recuperación económica no llega a las prestaciones que cobran los pensionistas. JESÚS F. SALVADORES

La recuperación económica no llega a las prestaciones que cobran los pensionistas. JESÚS F. SALVADORES

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maría j. muñiz | león

Noviembre solía ser un mes de buenas noticias para los pensionistas. Se anunciaba la revalorización de sus nóminas en función del crecimiento de la inflación, e incluso en tiempos de expansión económica un incremento a mayores. Unos tiempos que parece que no van a volver. Las reformas del sistema de pensiones llevadas a cabo en los últimos años y el ajuste del déficit público por el lado del gasto han provocado que los pensionistas sumen ya en los últimos seis años una importante pérdida de poder adquisitivo. Y, según los expertos, esto es sólo el principio de un progresivo deterioro en las percepciones de las pensiones contributivas, que afectará de manera especial a los beneficiarios del futuro.

De momento los pensionistas leoneses (más de 142.000, un 30% del total de la población local y sólo un 17% menos que el total de ocupados de la provincia) han perdido desde que en 2011 se optó primero por la congelación de las pensiones y más tarde por las reformas, más de 120 millones de euros sólo en capacidad de compra. Es la diferencia entre lo que han subido las pensiones y lo que se ha incrementado la inflación, a pesar de que en 2014 el IPC fue negativo y en el ejercicio siguiente tampoco se incrementó.

En mínimos

El caso es que desde 2011 hasta este momento los precios se han incrementado un 7,8%, pero las pensiones sólo se han revalorizado en conjunto un 2%. La pensión media anual en la provincia se sitúa en estos momentos en 12. 642 euros (14.518 si se calcula la de los jubilados). La economía de la provincia recibe anualmente unos 1.800 millones de euros que provienen de las pensiones, y que en los años más duros de la recesión económica han permitido mantener a no pocas familias en apuros laborales. De no haberse acometido las reformas, las pensiones repartirían hoy más de 1.900 millones de euros en la provincia, sólo con que se hubiera mantenido el poder adquisitivo de los beneficiarios. Una pérdida que en realidad es más abultada, porque habría que sumar el acumulado de haber ido subiendo las pensiones progresivamente.

Las percepciones de los pensionistas seguirán menguando en los próximos años, según establecen las reformas aprobadas en 2011 y 2013. Está claro que el sistema actual es insostenible, y que haber retrasado el debate para plantear una solución adecuada sólo ha llevado a recortar los ingresos de la población más vulnerable en el momento más duro de la crisis.

Una rebaja que se ejecuta por una doble vía: bajan las pensiones y también el número de años que se perciben. «Esta reforma, además de presuponer que los pensionistas carecen de derechos y de hacerles cargar con el coste del envejecimiento, acabarán conduciendo a una sociedad envejecida y empobrecida», señala el catedrático Ignacio Zubiri en un estudio sobre el tema. En el que cuestiona que se recorten las pensiones para afrontar el ajuste financiero del déficit público.

Desde 2011 el sistema de pensiones está en déficit, y para afrontar su solvencia a corto plazo se decidió primero congelar las prestaciones en 2011 y 2012. En 2013 se realizó un incremento mínimo del 1% y desde entonces las subidas se han limitado al mínimo legal del 0,25%.

Según los expertos la congelación de los dos primeros años supuso una reducción del coste real de las pensiones del 5,3%, el porcentaje que cayó la renta de los pensionistas. En todo caso, y pese a la evolución posterior, «no ha permitido solucionar el problema de la sostenibilidad del sistema». La lenta recuperación del empleo y el incremento tanto del número de pensionistas como de las prestaciones que perciben hace que la situación sea «cada vez más grave». Además, desde 2012 se acude al Fondo de Reserva, que también se está agotando sin que la creación de empleo (con salarios más bajos) permita pensar en recuperarlo.

La conclusión es que las reformas han sido «una rebaja generalizada de las pensiones, que afecta a todos sus elementos». Se reduce la pensión inicial, ya que se incrementa en 10 años el cálculo de su base reguladora; y se reduce el peso de cada año cotizado. También se incrementa el número de años necesarios para percibir la pensión completa. Y el factor de sostenibilidad por el incremento de la esperanza de vida es otro elemento de rebaja.

Además la pensión (en caso de jubilación) se cobra dos años menos. Y el valor real de las pensiones disminuye, porque el índice de revalorización previsto. El resultado es que «las pensiones aumentarán duramente muchos años por debajo de la inflación». Más pérdida de poder adquisitivo.

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