Una jornada de guante blanco para el birrete negro
Los estudiantes respaldan de nuevo la candidatura de Marín, aunque desciende su participación respecto a las anteriores elecciones
«Tampoco me preocupan mucho las elecciones. Es algo que no me interesa», apuntó un alumno de Industriales frente a las mesas donde debía ejercer su derecho al voto. En esta convocatoria a las urnas en la Universidad de León el porcentaje de alumnos que decidió dar su opinión sobre quién quería que estuviera al frente de la institución académica descendió respecto a las pasadas elecciones de 2016. De los 9.965 votaron 3.146, de los 1.734 respaldaron a Marín y 1.305 a Juan José Fernández Domínguez. El resto se repartió entre los votos nulos y blancos, que en 2016 obligaron a repetir las votaciones.
La jornada transcurrió con tranquilidad y estuvo marcada por el intenso aroma que emanaba de las mesas o de los votantes, ya que en todas ellas había geles antibacterianos para frenar la evolución del coronavirus. De hecho, los integrantes de las mesas, en la mayoría de los casos, recogían tanto los sobres de las votaciones como los DNI con guantes blancos de látex.
«Tampoco me había interesado mucho por las propuestas», apuntó tras ejercer su derecho al voto Guillermo Prieto, quien lanzó un aviso a navegantes: «Las comunicaciones y las ideas de uno y otro candidato no nos han llegado con claridad», dijo en relación a que los canales escogidos no eran los más adecuados para llegar al alumnado. Su compañera Sara Álvarez, que también votó a pesar de que reconoció que no se había informado mucho sobre los programas, apuntó que Marín «se había movido más». Para su amigo, Pablo Barreiro, que sí se había preocupado de analizar las propuestas tanto de Marín como de Fernández, el logro más importante para el rector es «conseguir que se genere un buen ambiente en la Universidad».
«La Universidad es un mini país y alguien tiene que estar a la cabeza. Debe existir este sistema democrático con la opción del voto para los alumnos», apuntó Patricia Puerta, a pesar de que su voto es el que cuenta con menor ponderación en el resultado final. Eso sí, como vaticinó a primera hora de la mañana en su centro, a Marín le pasó factura la obra en el edificio de Filosofía y Letras, ya que Fernández Domínguez consiguió 206 de los votos, frente a los 55 del catedrático de Veterinaria.