Diario de León

VENDIMIA

La DO León alcanza los 3,1 millones de kilos de uva "excepcional"

Uvas de la DO León. DL

Uvas de la DO León. DL

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La Denominación de Origen León rompió las agoreras previsiones de finales de agosto, cuando llegó a pronosticarse una producción incluso por debajo de la del año pasado, y concluyó la vendimia de 2022 con la recogida de casi 3,1 millones de kilos de uva (exactamente 3.072.134). La extrema sequía que marcó gran parte del ciclo vegetativo, sin lluvias desde mayo hasta después de iniciada ya la campaña, y las inusualmente altísimas temperaturas del verano, que llevaron a la planta al límite del estrés hídrico en una situación generalizada en la mayoría de las zonas del mapa vitícola del país, impidieron el normal crecimiento y desarrollo de la uva, mermando de manera considerable su peso y, en consecuencia, el volumen de producción previsible hasta entonces.

El agua de las lluvias tardías, sobre todo del 6 de septiembre, dos días después de iniciarse la vendimia, y las de la semana siguiente, más abundantes aunque también con un reparto territorial muy desigual, fue metabolizada de inmediato por las cepas y posibilitó un contenido engorde de la baya para ganar al menos un poco de volumen. El incremento del 17,70% de la producción respecto a la vendimia de 2021 rompe la tendencia a la baja de las dos anteriores, pero mantiene a la Denominación de Origen León todavía muy lejos de sus mejores cifras previas a la catastrófica campaña de 2017, cuando las heladas, que recortaron hasta un 70% la producción, causaron daños muy importantes a la planta.

Esa circunstancia, el largo proceso de recuperación del viñedo y la cautelosa contención de los volúmenes de elaboración por parte de las bodegas durante la crisis sanitaria del covid –se trata de vinos sobre todo de alta rotación en barra y de limitada vigencia temporal–, han impedido al Consejo Regulador volver a situarse en registros por encima de los cuatro millones de kilogramos alcanzados entre los años 2013 a 2016.

En ese contexto y con la variedad reina Prieto Picudo acaparando con 2.372.391 kilos el 77,22% del volumen de uva procesado, la noticia más positiva la constituye sin duda el récord de producción alcanzado por la Albarín, que con casi 437.078 (14,23%) supera a la del año 2018. Esos porcentajes y cifras revelan la polarización de las preferencias de los operadores en torno a las dos variedades autóctonas y más representativas de la zona frente a las blancas –también del rango de principales en ambos casos– Verdejo (134.380), en clara recesión, y Godello (11.550), de carácter puramente testimonial, así como de las tintas Mencía (24.433), igualmente principal, y las complementarias Tempranillo (92.302) y Garnacha, de nuevo sin referencia alguna de pesado de uva durante esta vendimia.

El análisis cualitativo de la añada 2022 destaca sobre todo la excelente calidad de la uva por la relación pulpa-piel, recogida en perfecto estado sanitario en una vendimia de corta duración —se inició seis días antes y acabó con dieciséis de antelación sobre la anterior–, de madurez adecuada y con muy buenos parámetros generales. Los técnicos de las bodegas destacan de nuevo las excelentes aptitudes para la elaboración de vinos con las dos castas principales, Albarín y Prieto Picudo, que como monovarietales constituyen la gran apuesta de los operadores. Los blancos serán de alta expresión aromática, frutales y frescos en boca por las características de las variedades, especialmente en el caso de los albarines, y en cualquier caso muy equilibrados.

La Prieto Picudo, esencialmente destinada a la elaboración de rosados, será de nuevo rotunda y limpia en la manifestación varietal de los vinos, extraordinariamente fragantes y también con muy buenos equilibrios entre alcohol y la acidez característica que siempre le aporta frescura. Pero la limitación de producción por el proceso vegetativo y la calidad de la uva, de muy pequeño tamaño y una relación piel-pulpa muy favorable pone a los enólogos ante el reto de aprovechar las excepcionales condiciones de la fruta para elaborar unos soberbios tintos, con magníficas aptitudes también para la crianza, incluso larga, en buenas barricas. Serán, en ese caso, vinos muy raciales que mostrarán toda la fuerza y rusticidad de la Prieto Picudo, pero con la agradable finura, sedosidad y elegancia que deberán ser muy bien trabajadas en bodega.

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