Diario de León

El peligro de los contenedores para los vecinos de León

El Ayuntamiento estudia colocar sensores en los cubos tras la advertencia del Común por una queja

Contenedores de basura en la calle San Lorenzo, León. F. Otero Perandones.

Contenedores de basura en la calle San Lorenzo, León. F. Otero Perandones.

León

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Como «no siempre las ubicaciones elegidas por las administraciones para situar los contenedores resultan adecuadas», el Procurador del Común reconviene al Ayuntamiento de León para que se replantee los criterios de elección de los lugares en los que colocan los dispositivos.

Como respuesta a una queja vecinal, el Defensor del Pueblo en la comunidad reclama al consistorio que atienda los problemas que generan no solo por las situaciones de insalubridad, sino también de seguridad de las personas.

Las recomendaciones se fijan a partir de la queja planteada por los vecinos de un edificio situado en la calle San Lorenzo, frente al convento de las Trinitarias. Los moradores consideran inadecuada la colocación por estar «muy cercanos a las fachadas de los inmuebles» y alertan de que, hasta en tres ocasiones, han sufrido «incendios intencionados, en concreto en el de recogida de envases, que no sólo causaron importantes daños materiales, sino que también pusieron en peligro las vidas de las personas que residen más cerca de los mismos, por el humo tóxico generado».

Pero la recomendación del Procurador del Común sobre el cambio de ubicación no ha sido atendida. El consistorio mantiene que se trata de un emplazamiento «óptimo» y apenas muestra otra disposición que la de estudiar, al tratarse de un problema dado en diferentes zonas, «la colocación de sensores térmicos al objeto de detectar de forma prematura posibles incendios actuando sobre ellos de forma anticipada».

Frente a esta postura, en la comunicación, donde advierte de que en esta ubicación concreta era «inapropiada por ocupar parcialmente la parada de autobús y sobre todo por la cercanía a las viviendas y la reiteración de las situaciones de riesgo», el organismo presidido por Tomás Quintana abunda en once puntos que deben tenerse en cuenta.

La lista arranca con el aviso de que «los contenedores en la vía pública deben colocarse en plazas de aparcamiento y nunca entorpeciendo el paso en la acera», además de que apostilla que «en las áreas peatonales, ajardinadas, históricas o de urbanismo singular, los recipientes deben integrarse de forma estética o soterrarse siempre que tales cosas sean posibles».

El documento insiste en que «tampoco deben interrumpir el tráfico y la visibilidad de éste», ni tampoco «de la señalización, ni vertical ni horizontal», por lo que propone que «en las calles en las que no existe reserva de aparcamiento puede solucionarse realizando retranqueos en las aceras para alojarlos». «En caso necesario, la posición de los contenedores debe delimitarse mediante bolardos, bordillos u horquillas, para evitar su desplazamiento», recalca.

El Común cita que «debe evitarse su ubicación junto a pisos bajos o ventanas de viviendas. en zonas de entradas a portales, locales comerciales, bares, colegios, centros de salud». «Nunca deben colocarse contenedores sobre pasos de peatones, ni limitando la visibilidad de éstos, tampoco sobre carriles bici ni en zonas reservadas a personas con discapacidad o a otro tipo de vehículos como ambulancias, taxis, buses, etcétera», se extiende el organismo.

Como apunte, el documento señala que «deben agruparse los contenedores para dar el máximo servicio a las comunidades de vecinos colindantes, sin superar las distancias máximas de desplazamiento». «Más de tres contenedores en una misma ubicación asegura un incremento exponencial de la suciedad, por lo que resulta preferible realizar tantas agrupaciones como sean precisas para poder disponer del número de contenedores que sea necesario», se advierte.

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