Diario de León

León se encisca con la cernada cuaresmal

La capital leonesa cierra el periodo de carnavales tras cinco días de fiesta y desenfreno con el cortejo fúnebre del entierro de la sardina, organizado por la federación de asociaciones de vecinos Rey Ordoño

Momentos célebres de la despedida del carnaval en León. RAMIRO

Publicado por
L. U.
León

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Cuaresma es el período de cuarenta días (cuadragésima) que se reserva a la preparación de la Pascua. Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Los vicios ardieron ayer en la hoguera hasta hacerse cernada, y de la cernada, el polvo que inspira la metáfora que condiciona la realidad; el pulvis es suaviza en forma de latinajo el final de estos cinco días de pasión que arde como la tea. La federación de asociaciones de vecinos Rey Ordoño le puso el guión a esta nueva temporada que convierte en polvo del desenfreno que precede al momento de la recogida. Desde anoche, no queda huella, devorada por el rescoldo del combustible del vicio que alimenta las llamas con bocados de la burla incontenida.

Los cuarenta días de la Cuaresma inspira todas las plagas bíblicas, todas las montañas que hay que subir sin opción de retirada, todos los episodios límites; los 40 días de Cristo en el desierto de Judea; los 40 días del diluvio universal; los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto; los 400 años esclavitud de los hebreos en Egipto. Los cuarenta días de León en adelante, tras una escena más ajustada al momento seglar y mundano que obliga este bajonazo del calendario, de la juerga a la resaca, tras pasar por el filtro purificador que convierte la materia prima de la juerga en ceniza, en el polvo eres, y en polvo te convertirás, principio y fin, alfa y omega, camino a ese encuentro interior del pasillo que muestra una luz a cuarenta días vista. León echa el telón a los carnavales con la devoción que prendió la mecha. La sardina no es más que una disculpa para no poner la mano en el fuego. El entierro, el desenlace. Tras un desfile al compás de la marcha fúnebre, el cortejo del duelo se dio un garbeo por ese circuito urbano del pecado y la tentación carnal que inspira en tiempo ordinario, ahí entre las callejuelas del Cid, y Torres de Omaña y la otra orilla del río d e la vida, Plaza de San Martín, Cascalerías, Conde Rebolledo, calle Ancha, donde el carnaval huele el patíbulo como un depredador entre los arbustos. León ya tiene dieta de vigilia, entre potajes de temporada y platos ricos en omega; con lo duro que es pasar del plato repleto de carne a ni siquiera llegar a las tajadas.

Momentos célebres de la despedida del carnaval en León. RAMIRO

Momentos célebres de la despedida del carnaval en León. RAMIRO

Momentos célebres de la despedida del carnaval en León. RAMIRO

Momentos célebres de la despedida del carnaval en León. RAMIRO

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