Un día para los caprichos

«Son monísimos , en serio. Hay unos pantalones que te voy a coger. ¿Te gustan en beige? ¿Qué talla, 40 o 42?» Marisa da vueltas en torno a un cajón lleno de ropa, comprobándola con una mano, mientras que con la otra sostiene su teléfono móvil. Innova en la compra a distancia, describiendo apasionadamente las prendas a su novio, que está en Córdoba. Acaban de empezar las rebajas y lo cierto es que siguen predominando las compradoras femeninas, más pendientes de los descuentos. Pocos hombres -aunque los hay- acompañan en la tarea, mirando despistados el género y aceptando de buen grado un consejo. Sin embargo, se ha observado este año una nueva tendencia: chicos jóvenes de hasta 28 años, que se preocupan más por su imagen, están interesados en la moda y se lanzan al consumo. Algunos clientes creen que no deberían existir las rebajas, sino que durante el resto del año los precios podrían estar más equilibrados, para no tener que esperar. Consideran que de esa forma no dependerían de una decisión empresarial para comprar algo antes o después. Incluso se sienten «engañados» cuando ven la misma ropa de un día para otro, con una diferencia abismal en los precios. Pero la gran mayoría se lanza a las rebajas desde el primer momento e, incluso, en determiandos establecimientos ayer esperaban decenas de personas antes de que abrieran. Aunque todos afirman que conocen sus derechos: artículos sin taras, expuestos anteriormente y con todas las garantías, siguen preguntando desconfiados cuando van a pagar. Exceso de consumo En realidad, muy pocos clientes escogen en los días anteriores la mercancía que tienen previsto adquirir. Normalmente acuden a las tiendas y una vez allí seleccionan el producto, fiándose de los dos precios que se incluyen obligatoriamente en las etiquetas. Esto produce un consumismo no previsto, que desemboca en las devoluciones del segundo día. A la pregunta de qué tal estaba desarrollándose la jornada, Mónica Tabares, encargada de Massimo Dutti, afirmaba: «Ha sido horroroso. Tenemos todo por el suelo, valga lo que valga. Los clientes revuelven más de lo que adquieren. Además hay casos de personas que compraron artículos en temporada, más caros, y ahora quieren cambiarlos por la misma prenda más barata». Sin embargo, otra dependienta de Zara destacaba la tranquilidad con que estaba transcurriendo el día, como consecuencia de las mejoras en los establecimientos, que permiten un desahogo en el cliente y les evitan eternas colas. Ventajas e inconvenientes El pequeño comercio, como la boutique Teria Yabar, ha sufrido un descenso de afluencia respecto a otros años, debido a que no pueden competir con las grandes superficies en horarios y precios. No obstante, afirman que incluso durante las rebajas, mantienen el beneficio de su exclusividad. En cuanto a centros comerciales como El Corte Inglés, el encargado de relaciones externas, Alejandro García, destaca que la asistencia de clientes aumenta desde primera hora, sobre todo en moda juvenil y de señora. A menudo las ofertas atraen a más consumidores de los acostumbrados. La expectativa generada por los medios provoca una sinergia en el público que en un día como ayer pudo alcanzar las 30.000 personas. Un ejemplo lo tenemos en tres niños que habían acudido a comprar en rebajas y se dejaban llevar por las llamativas ofertas en ropa, en prendas donde el precio sólo estaba rebajado dos euros.