«Hay que ser tajante en las posiciones, pero generoso para alcanzar soluciones»

El próximo fin de semana Ramón Sánchez dejará voluntariamente la secretaría provincial de UGT, después de casi seis años al frente del sindicato. Será, previsiblemente, un congreso tranquilo, con una candidatura única liderada por Arturo Fernández. La nueva ejecutiva se encontrará una organización marcada por la estabilidad (frente a la crisis en la que se inició el secretario saliente), y en una «situación óptima para desarrollar el trabajo sindical». Sánchez renuncia a la actividad pública «por coherencia», a pesar de su juventud y de una trayectoria que parecía reservarle nuevos cargos en la organización sindical. Coherencia porque no puede dedicarse al cien por cien a UGT, y porque los últimos 19 meses (los que tiene ahora su hija) de sus 35 años de vida le han convencido de que nada le compensará si renuncia a su vida familiar. Se va con el orgullo de haber desarrollado un trabajo que cuenta con el apoyo mayoritario y que está dando sus frutos, y con el bagaje personal de haber cosechado muchos amigos y quizá ningún enemigo. El diálogo ha sido su arma, y una combinación de firmeza y generosidad marcada siempre por la coherencia. Eso, insiste, y el trabajo de quienes le han acompañado en las dos ejecutivas que ha dirigido. De cara al futuro, ni se cierra puertas ni las deja abiertas. «Lo que tenga que venir, vendrá». ­-¿En qué situación se encuentra la unión provincial? -Óptima para trabajar en materia sindical. Cuando entramos en el congreso extraordinario del 2000 la crisis interna obligaba a dedicar mucho tiempo a solucionarla y a veces poco a los problemas de los trabajadores. Hoy la actividad tanto de la unión como de las federaciones se centra en la negociación de los convenios, las elecciones sindicales, la ayuda a trabajadores y afiliados,... -¿Qué virtudes destacaría de estos casi seis años al frente del sindicato? -El mayor logro ha sido conseguir este clima de estabilidad. Aunque costó tiempo que todo el mundo se adaptara al nuevo modelo de trabajo que planteamos, hemos conseguido que se confíe en nuestro trabajo, que lo apoyen y sean colaboradores de un proyecto que emanó de la ejecutiva, pero del que hicimos partícipes a todas las federaciones. También hemos avanzado mucho en los departamentos de mujer y juventud, porque en León el de inmigración ya estaba más avanzado. Están desarrollando una labor importantísima, queda mucho por hacer pero las bases están puestas y estamos viendo los frutos, por ejemplo, en una mayor afiliación de los jóvenes. -Uno de los principales retos que se marcó al llegar al sindicato fue, precisamente, acercarse a los problemas de los jóvenes. -Y lo estamos consiguiendo, porque damos respuesta a sus problemas. Ahora tenemos confianza en que las infraestructuras que van a llegar, como el AVE, y la atracción que puedan generar grandes inversiones empresariales como el Inteco o Inditex permitan crear empleo para nuestros jóvenes. Si las promesas se consolidan, pueden ser la catapulta dinamizadora del futuro, es nuestra única solución. Porque los jóvenes se siguen marchando, y con ellos no sólo se va la capacidad de generar riqueza, sino también de regenerar la población. Sin ellos la provincia no tiene futuro. -En el último congreso regional de UGT se planteó como reto de futuro la situación de la mujer, los jóvenes y los inmigrantes. ¿Ha sido la unión provincial de León una avanzadilla en estos campos? -A raíz del proyecto leonés en juventud, por ejemplo, se cuenta con una estructura regional fuerte y estable, que trabaja en todas las provincias. También en la mujer hemos ido por delante, pero queda mucho camino por recorrer, por ejemplo en la igualdad salarial y de promoción en el empleo femenino, que hay que ir incluyendo en los convenios. Es difícil, pero los sindicatos tenemos que ser punta de lanza para corregir estas desigualdades. -¿Cómo concretaría los principales retos de futuro para el sindicato? -Hay que forzar a las administraciones a invertir, para que León no pierda su capacidad de desarrollo y pueda generar riqueza y empleo. En materia laboral hay que luchar contra en la temporalidad del empleo, porque existe una precariedad brutal que impide desarrollar un proyecto de vida coherente. La siniestralidad es otro gran caballo de batalla. A nivel social, la defensa de los servicios públicos y la apuesta por valores fundamentales como la democracia, la participación o la libertad. -¿La mayor atención del sindicato a los problemas sociales desvía la atención de las cuestiones laborales? -UGT tiene dos vertientes, las federaciones, que defienden los asuntos sectoriales y de las empresas; y la unión provincial, que como estructura territorial defiende también políticas sociales. Se atienden ambos aspectos. -¿Cómo valora la escalada de movilizaciones contra el Gobierno socialista? -Hay asuntos como la subida del petróleo, o la negociación del nuevo plan del carbón, que afectan por igual al gobierno que esté en el poder, sea del color que sea. Sin embargo, los últimos acuerdos se han producido con apenas dos días de huelga, eso es positivo. En cualquier caso, es imposible que las determinaciones del Gobierno agraden a todos. Tenemos que ser reivindicativos, pero también responsables con la situación del país. Y, en cualquier negociación, es inevitable dejar pelos en la gatera. -¿Qué consejo le daría a su sucesor al frente de la UGT? -Es difícil satisfacer a todos, a veces hay que ser contundente en los posicionamientos, pero otras es necesario ser generoso para dar cabida a las soluciones. Y, sobre todo, ser dialogante, serio y consecuente. Si demuestras coherencia consigues respeto. Lo más importante es saber escuchar, ser capaz de conseguir acuerdos y mantener las posturas con la generosidad suficiente como para ceder en cuestiones que no sean fundamentales.