Diario de León

| Entrevista | Silvia Freire |

«Legalizar la prostitución es como permitir que se vendan órganos»

La coordinadora de la asociación Alecrín profundizó en las jornadas de Flora Tristán en el «maltrato y la humillación de la explotación sexual» y abogó por políticas públicas de rehabilitación e inserción para las

León

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Silvia Freire es socióloga y trabaja a pie de calle en Galicia con mujeres que ejercen la prostitución, en un programa que la asociación Alecrín puso en marcha hace diez años. La experiencia de marginación y explotación de estas mujeres -entre 8.000 y 10.000 en la comunidad gallega- así como las iniciativas sanitarias y sociales para salir del «maltrato y la humillación que supone la explotación sexual» fueron el punto de partida de las jornadas de la asociación feminista leonesa Flora Tristán. Hoy prosiguen -a las 20.00 horas en la Biblioteca Regional- con una conferencia de Laura Torres, experta del sindicato UGT y miembro de la cátedra de estudios de Género de la Universidad de Valladolid. -¿Qué intervención social realizan con las mujeres en prostitución? -Tenemos un centro de día y una unidad móvil con la que llegamos a pisos, clubes y a los barrios. En diez años de trabajo nos hemos encontrado con una explotación brutal hacia las mujeres, que genera un daño físico y psicológico del que nadie habla y aún está por investigar. Sufren baja autoestima y estrés postraumático como las víctimas de violencia doméstica o agresión sexual y viven el maltrato y la humillación como algo normal. Es muy difícil que una vez decidan abandonar la prostitución lleven una vida laboral normal y una relación afectiva normalizada con un hombre. En los pisos, donde se dice que se puede ejercer con más libertad nos hemos encontrado todo lo contrario. Los dueños y proxenetas se sienten más impunes porque es más difícil tener una inspección policial. Y en el club se benefician de todo: del porcentaje de cada servicio sexual y del asesoramiento que muchas veces le venden a las inmigrantes ilegales. Hay toda una red que se está aprovechando, en este ámbito, de la desinformación y de la vulnerabilidad de las mujeres inmigrantes. -¿Cuál es el perfil de estas mujeres? -El 98% de las que están en clubes y pisos son extranjeras (las españolas son las que quedan en los barrios y son de avanzada edad). Son inmigrantes e irregulares y todas tienen cargas familiares. Su denominador común es que llegan al ejercicio por una situación desesperada y lo viven como algo temporal. En Galicia, estamos recogiendo datos de mujeres de las que dependen más de tres miembros de una misma familia. -¿Quiénes y cómo son los clientes o prostituidores? -Hombres de todas las edades, incluso muy jóvenes (que hacen bote y se turnan para acceder a un club). La mayoría son clientes habituales, acuden de dos a tres veces por semana. Cualquier hombre con 20 euros. En la campaña que acabamos de presentar en Galicia, con apoyo del Ayuntamiento de Vigo y la Diputación de Pontevedra, los carteles dicen: «Cliente prostituidor, tú eres el culpable». Es un hombre con traje y una franja que le cubre los ojos, para subrayar que vive amparado en el anonimato. Los anuncios se exponen en autobuses y taxis con la intención de romper con la complicidad social con los clientes. -Los partidarios de la regularización de la prostitución apelan a la supuesta voluntariedad y a la libertad sexual. -La problemática que rodea a la prostitución no es una condición de mejora del ejercicio. Nosotras partimos de que se trata de una subordinación de la mujer en el plano sexual, como ha sido históricamente en otros planos. La regulación o aceptación social deja vía libre a los proxenetas e industria de sexo que se beneficia del cuerpo de la mujer, que se convierte en una mercancía. No se valora a la mujer por sus condiciones humanas sino por ser un mero receptáculo del placer masculino, que es el que realmente ejerce la voluntariedad y la libertad sexual. La mujer no ejerce la libertad sexual, la alquila. Para nosotros, considerar la legalización de la prostitución es vulnerar todos los derechos humanos. De la misma manera que no podemos decidir la venta de nuestros órganos, porque constituiría una desigualdad, en la prostitución pasa lo mismo. Con ello se vulnera a las más débiles. No son las licenciadas y diplomadas o las que tienen opciones y alternativas vitales las que están en la prostitución. Son mujeres traficadas que en algunos casos llegan a dar las gracias a sus proxenetas aún sabiendo que pagan una deuda desmesurada por el viaje y por el ejercicio en un club. Lo cierto es que la situación que viven en sus países es de desesperación total. -¿Hay alternativas reales para el abandono de la prostitución? -Al ser irregulares es muy difícil buscar alternativas laborales,pero no es imposible (se puede conseguir por arraigo u otras vías). De hecho, muchas de las que consiguen los papeles lo van dejando o lo compatibilizan con la economía sumergida en otros sectores, que a veces prefieren porque el daño que genera en ellas es menor. En una habitación se juegan muchas veces el cuello porque los conflictos que tienen con los clientes (exigencias de relaciones sin condón, maltrato...) son bestiales. Las alternativas pasan por políticas de igualdad, con un período de rehabilitación para las que lo quieran abandonar y con opciones reales. Nosotros tenemos programas de inserción laboral, pero son muy modestos. Hace falta que la administración pública se comprometa a todos los niveles. -¿Defienden el modelo sueco de sanción al cliente? -El modelo sueco está dando muy buenos resultados, pero tiene que ir acompañado necesariamente de una concienciación social. Suecia tiene una trayectoria que en servicios sociales que aquí no se da. Por tanto, ha de ser algo paulatino; sería bueno que la sanción fuera primero moral o social y después penal. Todo ello acompañado de medidas de prevención en la juventud y fomentando la coeducación, roles de igualdad en los que no tengan cabida las relaciones de dominación. En la prostitución, el cliente manda porque paga.. No apoyamos el prohibicionismo porque hace más vulnerables a las mujeres. Nuestro trabajo es convivir con ellas y apoyarlas sanitaria, social y laboralmente Hoy: ¿Es un trabajo el ejercicio de la prostitución? (20.00 horas. Biblioteca Regional). Ponente: Laura Torres.

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