Los ayuntamientos decirán qué medidas adoptan con las explotaciones que no se regularicen Los agricultores quieren contar con un gasóleo profesional en el 2008 Los sindicatos recuerdan que ya ha desaparecido el 50% del sector

El primer paso para actualizar la situación legal de las cuadras -que en muchos casos albergan la actividad ganadera desde hace decenas de años- se establece con un cuestionario y un plano de situación de la explotación. Para mitigar los efectos económicos que desaniman a la tramitación de los procedimientos se han iniciado proyectos pilotos encaminados a reducir el desembolso de los ganaderos. La construcción de estercoleros comunales, o los polígonos ganaderos son los más frecuentes. Los centros de recría, como el de Vega-Esla, son otro de los recursos novedosos. Los responsables de la consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León no aciertan a encontrar una explicación al bajo porcentaje de explotaciones que ha iniciado los trámites de legalización. Tampoco quieren tomar como referente la sugerencia de los organizaciones agrarias que interpretan el retraso por el alto coste que acarreará la operación para los ganaderos. «Hay y ha habido suficiente información; hemos dado charlas en todos los puntos, los ayuntamientos y los técnicos de la consejería están al tanto para informar a los usuarios. No debe existir temor, porque la ley es flexible para que se puedan acoger a ella hasta un 98% de las granjas en casos urbanos», indica el director general de producción agropecuaria, Baudilio Fernández-Mardomingo. En el caso de que las explotaciones ganaderas en situación irregular con la ley de mayo del 2005 no hayan modificado su estatus en mayo del 2007, serán los ayuntamientos (administración que participa en el primer paso de la solicitud) quienes determine qué decisión administrativa adoptan en cada circunstancia. La Junta, no obstante, no descarta una última campaña para agilizar más el proceso. Laos agricultores han pedido al Gobierno que adelante al 1 enero de 2008, un año antes de lo previsto, la aplicación efectiva del gasóleo profesional para el campo, medida contemplada en el acuerdo alcanzado entre ambas partes el 7 de diciembre de 2005. Según los profesionales del campo, este recorte de los plazos pactados en un principio supondría «un balón de oxígeno» para ellos ante el aumento «significativo» que han sufrido en sus costes de producción debido, entre otros factores, a los altos precios del gasóleo y los fertilizantes o a la escasez en la disponibilidad de agua para el riego. La citada solicitud fue efectuada por los responsables de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), durante la reunión que mantuvieron con la ministra del ramo, Elena Espinosa, quien -según fuentes de dicha asociación- les comunicó que trasladaría la propuesta a los responsables del área económica del Ejecutivo, si bien veía complicado satisfacerla en la coyuntura actual. El acuerdo firmado por la COAG y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) hace casi doce meses establecía que el gasóleo profesional -privilegio del cual ya disfruta la pesca- entraría en vigor «no antes de 2009». Compensaciones Desde COAG se quiere adelantar ese plazo, «aprovechando la armonización fiscal a nivel comunitario y la propia del sector transportista, prevista para esa fecha (1 de enero de 2008)». El resto de medidas del plan, con un coste cercano a los 395 millones de euros, permanecerían invariables. Así, ya se ha elevado hasta el 1% el tramo compensatorio del IVA que recibe el campo. La organización agraria UPA reclamó a las Cortes de Castilla y León que introduzcan en la conocida como ley de acompañamiento de los Presupuestos de la autonomía para 2007 la eliminación de tasas ganaderas, a las que une las dificultades por el proceso de regularización de explotaciones. La UPA en un comunicado, argumentó que «el sector ganadero está atravesando serias dificultades en los últimos años, por la fuerte reducción de precios tanto en la carne como en la leche, a lo que hay que añadir la tremenda sequía que hemos padecido». «La repercusión de todos estos elementos en el sector ganadero ha sido muy negativa, ya que en los últimos diez años ha desaparecido más del 50 por ciento de las explotaciones». La mayoría de estas explotaciones ganaderas están ubicadas en zonas desfavorecidas y de montaña, con mayor riesgo de despoblamiento.