Con los colores blanquivioletas

Todo fueron buenas palabras, abrazos y alabanzas. En la hora del adiós a las Cortes de Castilla, Ángel Villalba agradeció a todos las atenciones dispensadas y se excusó por los errores cometidos, que no le han permitido ni tan siquiera ser una alternativa seria a Juan Vicente Herrera y al PP. Villalba, se ha volcado porque le entendieran en Castilla y, por momentos, olvidó León, algo que por otra parte suelen hacer en no pocas ocasiones los procuradores de todos los partidos -salvo honrosas excepciones- a los que votan los leoneses, pero que rápidamente se ponen al servicio de Castilla, sede del poder y de donde emanan todas las decisiones, casi siempre contrarias a León, como pudo comprobarse de nuevo ayer en la sesión plenaria. Está claro que a Castilla y a los castellanos les molesta cualquier reivindicación que provenga de tierras leonesas. Resulta que el ministerio y la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina señalan que son necesarias más facultades y dan un número: quince. A renglón seguido, el consejero Guisa(solo) de Castilla reconoce un déficit de facultativos en la comunidad, pero se niega a estudiar tan siquiera la posibilidad de abrir una nueva facultad en León, pese a que hasta los médicos se lo reclaman. Por si esto fuera poco, ayer el consejero de Educación, Juan José Mateos, da un portazo definitivo a esa posibilidad y lo hace mientras en Salamanca, el rector de la Universidad, también se opone a León. ¿A qué tienen miedo? ¿Por qué ni tan siquiera se plantean esa posibilidad, como por ejemplo sí van a hacer en Jaen? Claro que aquí todo es más fácil, si se cuenta con la complacencia de un rector que ya está en retirada y que no va a mover un dedo en un proyecto en el que ni cree ni defiende.