Diario de León

HOMENAJE

Cuna de marinos de tierra adentro

Alija del Infantado nombra hijo predilecto al almirante Martín-Granizo y le dedica un busto en la plaza de La Marina

La viuda y los hijos del almirante Martín-Granizo, junto al busto en la plaza de La Marina

La viuda y los hijos del almirante Martín-Granizo, junto al busto en la plaza de La Marina

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A.G. VALENCIA | ALIJA DEL INFANTADO
León

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Alija del Infantado volvió a convertirse ayer en puerta de mar, como aquel 4 de mayo de 1991, cuando el almirante de la Armada, el leonés Gonzalo Rodríguez Martín- Granizo, entregó a la localidad el ancla del Crucero Canarias como reconocimiento al importante número de vecinos de la villa que habían ingresado en el cuerpo. Resulta paradójico que Alija, siendo una localidad de interior con la costa más cercana a 200 kilómetros, sea el pueblo de España que en proporción más miembros ha aportado a esta fuerza naval, con un total de 35.

En el mismo lugar, en la plaza de La Marina, donde luce el ancla y la Virgen del Carmen, patrona de los marinos, los alixanos, con su Ayuntamiento a la cabeza, quisieron agradecer al almirante —que también fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa— haber colocado a la localidad tan arriba, nombrándole hijo predilecto y descubriendo su busto sobre un monolito. «La corporación es conocedora del cariño que el almirante profesaba por esta villa, así como por los marinos procedentes de esta tierra», apuntó el alcalde, Matías Luis Gómez Villaboa.

Al acto, cargado de sentimiento, asistieron los hijos, nietos y familiares directos del almirante, así como una buena representación de la Armada. Una familia capitaneada por su viuda, Eva Garat, que descubrió emocionada el busto del que fuera su marido. El hijo del homenajeado, Juan Rodríguez Garat, reconoció que sus palabras salían directamente de su corazón, «es mi padre el que me está guiando», explicó, asegurando que Alija es cuna de marinos de tierra adentro. «Él sentía devoción filial por la villa y en su corazón se sentía uno de vosotros», explicó Rodríguez Garat, que agradeció el homenaje y a los alixanos su dedicación «para mantener viva la memoria del almirante».

Martín- Granizo falleció pocos años después de aquel reconocimiento de la década de los noventa, dejando una estela imborrable en la localidad. «Veintidós años llevamos pidiendo este busto y que se reconozca al almirante su perseverancia y honradez», adelantó el concejal de Cultura, Victoriano Villar, quien emocionado compartió con el público y la familia algunos de las anécdotas que le unieron al marino. «Cuando se enteró que era de Alija dejé de ser para él un cabo para convertirme en paisano», explicó. Fue en aquel Crucero ‘Canarias’, donde el actual edil compartió sus primeras vivencias con el almirante, al que guarda un sincero cariño. «Don Gonzalo marcó un hito en Alija y merece estar con nosotros», argumentó Villar, que se comprometió a mantener izado de por vida el gallardete de almirante que ya ondea en el corazón del pueblo.

«Fue un hombre querido por compañeros y superiores y respetado por sus inferiores», terminó el edil, dando paso a la coral del Milenario que interpretó junto a todos los asistentes el himno de la Armada. El hijo mayor del homenajeado, Gonzalo Rodríguez Garat, despidió el acto, abrazando a los alixanos, «como la villa ha abrazado esta profesión. Gracias por dejarnos ser parte de vosotros».

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