Villademor de la Vega
Sacan del olvido joyas dormidas en cientos de archivos
El Ayuntamiento descubre documentos de los siglos XV, XVI y XVII gracias a un proyecto de digitalización subvencionado por el ILC.
Estefanía Centeno y el alcalde observan ‘Las Leyes del Reino’ (de 1640). MEDINA
armando medina | villademor
Cientos de documentos, de mayor o menor importancia, duermen en archivos de ayuntamientos e iglesias esperando el momento en que alguien se acuerde de ellos. Muchos carecen de relevancia; otros, en cambio, tratan temas que han sido vitales en el devenir de la historia de muchos pueblos. Lo que sí tienen todos en común es que son fedatarios de las formas de hacer y de las técnicas y usos del tiempo al que pertenecen.
El Ayuntamiento de Villademor de la Vega llevó a cabo durante los meses de octubre y noviembre un proyecto de digitalización de sus archivos, dirigido por la ingeniero técnico industrial Estefanía Centeno. Y se han encontrado con auténticas joyas que a partir de ahora podrán consultarse desde la pantalla de un ordenador. La iniciativa supuso un coste cercano a los 4.000 euros, de los que 3.000 estuvieron subvencionados por la Diputación de León a través del Instituto Leonés de Cultura (ILC). Fue necesario el alquiler de un equipo informático dotado de un potente escáner especializado para este tipo de trabajos. En total se digitalizaron 5.504 páginas.
Entre todos los documentos, el más antiguo data de 1438, «de antes del descubrimiento de América», comenta Centeno. Trata sobre un pleito de lindes entre Villademor y Toral de los Guzmanes. De 1566 es un documento sobre un litigio en el que el rey da la razón a los campesinos de Villademor y ordena a la condesa de Valencia devolverles dinero recaudado. Otro de 1661 declara la exención e independencia de Villademor del Condado de Valencia de Don Juan. Se trata de uno de los primeros encuadernados. La mayoría versan sobre cuentas del pueblo, listas de soldados, conflictos de lindes entre pueblos o entre particulares.
La mayor parte son manuscritos, «y se nota si son sobre temas relevantes por la calidad del escribiente». Pero algunos están impresos. El más antiguo data del año 1595, sin catalogar. O los dos tomos de las Leyes del Reino (de 1640), encuadernados e impresos a buena calidad.
El siguiente paso será catalogar y entresacar la información que contienen todos estos documentos. Separar el grano de la paja, «pero para eso hace falta dinero», señala el alcalde, Carlos Ibarrola.