Algunos aguantan

Querido hermano: Que quieres que te diga; ando con ciertas ganas de arrancar «del taco» el 25 de agosto. Más hace unos días, porque ahora lo veo cercano; pero llegado que fue el diez, sin lluvia ni nada, hasta sin el calor de las fechas, las fiestas surgieron como hongos: las Nievas, San Lorenzo, El Salvador, y claro La Asunción y San Roque; día del Turista por acá, del Forastero por acullá, de la Amistad en este pueblo, del Emigrante en el otro, todo se convierte en fiesta, charanga, música, fuego y verbena. Y este tu hermano arrumbado, ve cómo algunos, muchos, aguantan la marcha. Estamos inmersos en una semana de ajetreo, traqueteo y meneo que es demasiado para el cuerpo. Encima llegan los mandatarios astorganos con más caldo; en vez de «encortiar» las jornadas festivas las alargan, convirtiendo a la ciudad en romana y fallera, espectáculo éste que dejó pasmados a más de cuatro gracias al buen hacer de Toni Fornés y los amigos valencianos de la falla Rubén Darío. Nuestro querido Miguel Angel esparció, desde el balcón municipal el eco de un pregón impregnado de lirismo, mientras la ciudad se ha puesto patas arriba, que Santa Marta es nuestra patrona. Arrastrando los pies, como Dios nos da a entender, y con la lengua fuera, azacaneamos lo posible para estar en todos los sitios; para los acontecimientos deportivos y bailables ya no está uno entrenado; así que nos ceñimos a los culturales que en estos días son legión. Que entre lo de Panero y su 40 aniversario, el centenario de Fernández blanco y el 150 de Gaudí -para los tres tuvo Miguel Angel su panegírico-, presentaciones de libros, teatro, conciertos, recitales poéticos, exposiciones múltiples, demostraciones de artesanía y demás andamos derrengados. Hay nombres que tenemos que dejar constancia de ellos, que han echado el resto para estas fiestas; ahí están Geli e Ibáñez que no duermen, y el Alcalde, poniendo los tres todos lo que hay que poner en el asador; y Sendo, y Valle, y Escarpizo, y decenas de ellos que llenarían más de un folio. Los Amigos de la Catedral, el CIT, el Casino, o el Centro Marcelo Macías. Juanjo, «el cherif», siempre resalta la colaboración ciudadana, que este año ha sido mayor si cabe. Así que, ahora que andamos rondando el Ecuador, después del espectáculo de fuego y sonido con el que nos deleitaron los amigos valencianos, o el de los gigantes y tenora de Reus, mi consejo es que te des un garbeo por esta tu tierra. Como navegante cultural, estás invitado esta tarde a la presentación del libro «El obispado en el siglo XIII», que ya sabes es obra póstuma de Quintana Prieto; Miguel Angel, el pregonero, discípulo y entrañable amigo del autor y el Alcalde nos pondrán en la pista de un exhaustivo trabajo sobre el episcopado astorgano. Mañana, esperando que el tiempo colabore, el jardín de la Casa Panero volverá a ser poesía con la memoria de 40 años de ausencia de nuestro primer poeta. Carro Celada, José del Río, Alfonso García y Eugenio de Nora desgranarán versos y sentimientos en la umbría de la vieja casona; el Marcelo Macías cumplirá así, un año más, su rito poético en estas noches agosteñas y festivas; es eso, hermano, la memoria poética de la ciudad, de Astorga, que se enreda a sus habitantes como una costumbre, como lo hace la hiedra en las piedras de sus murallas. Y para el jueves otra presentación literaria con la novela de Marifé Santiago; y el viernes la poesía y el periodismo de la mano del CIT con la entrega de sus premios. Aún no he realizado el cambio de euros por denarios, que todo se andará, y tiempo tendremos en el fin de semana que Astorga se convertirá romana más que nunca. Las rememoraciones históricas desde Cartagena; el colorido y tronar de las fallas desde Valencia y el arte de Gaudí desde Reus marcan las fiestas 2002. Sin olvidar lo que cuelga. Y algunos, muchos, querido, aguantan.