La Fiscalía pide condenar al acusado de quemar La Cabrera porque no pudo ser nadie más

El juicio contra J.V.C, acusado de provocar intencionadamente el incendio que en agosto de 2017 arrasó 9.800 hectáreas en La Cabrera, quedó este miércoles visto para sentencia en la Audiencia Provincial de León.

La fiscal solicitó la condena del acusado, para quien mantiene la petición inicial de 5 años y seis meses de prisión , porque «no hay ninguna otra persona que hubiera podido prender el fuego. Tuvo que ser el acusado», según señaló en su exposición de las conclusiones. 

También pidieron sentencia condenatoria con los mismos argumentos que la Fiscalía las diferentes acusaciones particulares, el letrado de la Junta de Castilla y León, la de las juntas vecinales afectadas por el fuego y el de las aseguradoras.

En su intervención, aseguró que no existe «ninguna duda» de que el fuego fue intencionado y, aunque reconoció que «no hay ninguna prueba directa» que corrobore la autoría de J.V.L. hay pruebas indiciarias de que «sin ningún género de duda» el acusado fue el autor del fuego.

La acusación pública hizo hincapié en que dos testigos le vieron bajar del monte por el camino del que procedía el inicio del fuego poco después de la hora en que se considera que comenzaron las llamas,  y que en aquel lugar «no vieron a nadie más». También esgrimió como indicios que portaba un mechero —el acusado es fumador— y que es cazador, por lo que tenía una «motivación cinegética» para prender el fuego, y conocía el  monte..

Además, resaltó que su teléfono estuvo dos horas inactivo, con el fin de que no pudiera ser localizado en la zona donde se originó el fuego, y que los tiempos coinciden. Le dio tiempo a prender el fuego y estar media hora después en el lugar conocido como La Poza, ya que según los peritos pudo usar un retardante,  para sacar fotos de las personas con las que estaba en ese momento, una acción que para la fiscal solo fue para buscarse una coartada.

La Fiscalía también pidió que se valore imputar por falso testimonio a dos de los testigos, los que coincidieron con él en el monte, porque considera que mienten «en cuanto al lugar concreto en donde se produce el encuentro». 

La defensa, por su parte, reclamó en su turno de conclusiones la libre absolución y esgrimió que «no hay ni una sola prueba» contra el acusado, tan solo «conjeturas». También denunció que existían «graves irregularidades» en la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil.

Calificó la acusación sobre su defendido de «temeraria» y ha pedido que prevalezca «el sentido común», ya que no hay ninguna prueba «ni directa ni indiciaria» que implique al acusado en el fuego, además de resaltar los «perjuicios» que ha sufrido por esta acusación. 

También argumentó que no es cierto que dos de los testigos le vieran bajar por el camino aludido y que el acusado llevaba mechero «porque es fumador». Asimismo,  rechazó que hubiera apagado su teléfono móvil para no ser localizado en el lugar del siniestro.

Respecto a las escuchas realizadas a los vecinos en el marco de la investigación de la Guardia Civil, la defensa considera que son «ilegales» y que no aportan nada, ni a favor ni en contra del defendido, porque no demuestran su implicación en los hechos. La fiscal y las acusaciones particulares, por su parte, defendieron la pertinencia de las escuchas dado el «ocultamiento» y el «secretismo» que ha habido en este caso por parte de los vecinos de la zona que, según han señalado, no han querido «colaborar en la investigación» y han ocultado a las autoridades lo que saben sobre la autoría del fuego.

En su turno de palabra, el acusado se limitó a exculparse ante el tribunal. «Yo no fui y el que ha sido está libre», afirmó.