Más de 40 espacios en red para sumar sinergias y dar visibilidad a la complejidad de sus territorios
Desde el pasado martes y hasta hoy, diversos comisionados de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de Montaña, creada en diciembre de 2021, trabajarán en León para compartir sus experiencias sobre la conservación de parajes naturales. En el mundo hay actualmente 447 reservas enclavas en zonas de montaña, de las 738 que existen, de las que 40 ya están conectadas en esta red, cuya secretaría comparten secretarías, la Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna y el Centro de Investigación de Ciencias Ecoambientales de la Academia China de las Ciencias.
Entre los distintos participantes en este encuentro, que ayer celebró una sesión de trabajo en la sede de la Fundación Cerezales, destacó la presencia de Francisco Cantos, jefe del Programa MaB en el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, quien destacó la importancia de este encuentro para ver «cómo esta red puede contribuir a resolver la complejidad que surgen en estas zonas de montaña y hacer ver al resto de la población que no vive en las montañas, y que se aprovecha de los servicios ecosistémicos que se generan en estos espacios sin sufrir los problemas de comunicación o de falta de servicios que, para que reconozcan el valor de esa gente que se queda a vivir en la montaña y lochar contra la despoblación con un reconocimiento de la labor que hacen».
María Rosa Cárdenas, del secretariado Internacional del Programa MAB, afirmó que «esta red nace para las que las distintas reservas del todo el mundo, compartan los mismos retos, a pesar de contar con distintos recursos, y se genere una mayor visibilidad de lo que ocurre en estos espacios, implicando también a la población local y una visión más global».
Entre los asistentes también estaba el alcalde de Riello, Manuel Rodríguez, defiende el papel de los ayuntamientos en la gestión de las reservas ya que son los que aportan la financiación. «Lo más importante es abrir los ojos a la gente, dar visibilidad a nuestros problemas y reconocer nuestro papel de guardianes de toda esta biodiversidad».